Narra Hassel
Ya son 5 años que ando
conviviendo con Bastian y debo decir que ha sido toda una aventura, como todas
las parejas que existen en el mundo, hemos tenido nuestros problemas, de hecho
hubo una ocasión en la que creí que todo estaba perdido, que nuestra relación
había llegado a un punto en el cual no tenía solución, él estaba cansado de mí
y yo estaba mental y físicamente agotado como para seguir luchando en una
relación que se suponía era de a dos.
Básicamente todo partió desde el
momento en que yo empecé a trabajar y estudiar a la vez, el primer año de
universidad pues todo iba bien puesto que los cursos eran bastante sencillos y
no conllevaban gran tiempo ya que en el trabajo trataba de avanzarlo cuando no
había clientela, mi jefe era bastante bueno y pues me permitía hacer mis
deberes de la universidad siempre y cuando no interviniera con mis
responsabilidades dentro de la tienda, trabajaba en una librería por si es que
les interesa saber.
El segundo año fue un poco más
complicado puesto que ya exigían más de nosotros y mi tiempo ya no me daba
abasto, Bastian empezaba a molestarse puesto que no disponía demasiado tiempo
para brindarle a nuestra relación pero nada que con mis encantos y noche de
buen sexo, no solucionara, yo sabía que Bastian me amaba, es decir, me ama,
entonces como que no le di demasiada importancia porque al final siempre
terminábamos bien.
Fue en el tercer año de carrera
donde la situación se agravó considerablemente puesto que ya desde ése año me
mandaban hacer mis prácticas pre-profesionales y en la compañía para la cual
trabajaba demandaba demasiado de mi esfuerzo y llegaba a la casa cuando Bastian
salía, los fines de semana que era los días que más libre o suelto andaba,
aprovechaba para hacerle pequeños detalles como cena en casa, o invitarlo a
salir, sin embargo él empezaba a mostrarse evasivo conmigo y ello bajaba mis
ganas de querer hacer algo bonito para él, discutíamos mucho en ése tiempo,
cada vez que nos veíamos era para echarnos en cara la ausencia del uno del
otro, yo me enojaba porque cuando yo disponía de tiempo él prefería salirse de
casa y él se enojaba por el hecho de que no paraba en nuestro hogar el tiempo
en que él podía brindarme un tiempo, para decirlo en palabras sencillas… Nuestros
horarios no coincidían.
Cuando llegué a cuarto año de la
carrera sentí que había llegado bastante lejos y me encantaba lo que hacía
porque ya pequeñas empresas me llamaban para consultorías, entonces como que
llevaba un poco del trabajo a la casa, cosa que a Bastian tampoco le agradó, lo
cual no entendí en un principio porque siempre me reclamaba que no paraba en
nuestro hogar pero ahora que lo hacía igual andaba de mal genio, hubieron
noches en las que me tocó dormir solo puesto que él no regresaba a casa, al día
siguiente aparecía con cualquier excusa y pues… yo decidía creerle aun así no estuviere
demasiado convencido.
Fue más o menos a mediados del
cuarto año de carrera donde el asunto ya no daba para más y decidimos sentarnos
hablar como las personas maduras que intentábamos ser, o mejor dicho, intentaba
ser, él dijo en aquella ocasión que había dejado de sentir “amor ” por mí, que mis ausencias, mi poco
atención había desgastado lo que teníamos, que por el bienestar de ambos era
mejor que nos diéramos un tiempo, sí me dolió, mi mundo era él, todo lo que
conocía, todo lo que había experimentado siempre me lo ofreció él, si lloré, y
lloré mucho esa noche, pero no enfrente suyo, sino cuando estuve solo, no
quería que me notara débil, no sé si por orgullo o por qué razón, pero me
mantuve firme en nuestra conversación, por mi parte le recalqué el hecho de que
no sólo yo había fallado, que él también lo había hecho conmigo, con sus
evasivas, con el hecho de no afrontar los problemas cuando los teníamos en
frente, el hecho de callarlo cuando quizás todo tuvo solución pero bueno, ya
todo estaba dicho y no había marcha atrás.
Me fui de su casa que por un
tiempo fue nuestra, intenté rehacer mi vida, y no hablo de con otra persona,
sino me refiero al hecho de acomodar todo en un nuevo espacio que había acogido
como mío, me mudé a un pequeño apartamento que pude rentar, trasladé todas mis
cosas, y pretendí empezar de cero, al principio me costó muchísimo amoldarme a
mi nueva vida pero terminé aceptando el hecho de que Bastian y yo habíamos
cumplido con el tiempo que nos tocó hacernos compañía, un día de esos cuando
andaba dando una vuelta por el centro comercial me crucé con él, sentí una cosa
extraña en el pecho al verlo, ya llevaba un mes sin hacerlo, sin mantener algún
tipo de comunicación con su persona y ahora estaba allí, a unos pasos de mí,
estaba solo, me alegraba verlo así, tal vez mi lado egoísta no quería que
encontrara alguien más porque mi corazón me decía que él me pertenecía, lo
observé de lejos porque… no quería irrumpir en su vida nuevamente, él lucía
bien, como siempre, si él estaba bien entonces no había más que hacer.
Ya estaban por cumplirse dos
meses desde el día en que Bastian y yo habíamos terminado, fueron muchos años
como para superarlo en dos meses, yo seguía pensando él, sin embargo no hacía
nada por volverlo a tener en mi vida, él fue quien dijo que ya no me amaba
entonces ¿Qué es lo que podría hacer yo? No podía comprar su amor, aun así lo quisiera,
no podía obligarlo a quererme de nuevo.
¿Saben? De vez en cuando me
pasaba por la casa que en un tiempo fue nuestra, la luz siempre se encendía a
las 9 de la noche, sonará quizás un poco psicópata pero me gustaba verlo llegar
a casa aun así él no pudiera verme, desde que rompimos pues no dejé pistas,
como lo infantil que era y probablemente sigo siendo quería castigarlo sin mi
presencia, después de todo, él terminó conmigo, no creo que le hubiera
importado mucho saber cuál era mi paradero.
Fue un 24 de diciembre, vísperas
de navidad, ya llevábamos más de 5 meses sin estar juntos que decidí ir por un
batido al mall que quedaba cerca del departamento donde habitaba, estaba algo
nostálgico porque todas las navidades me recordaban a él, cuando armábamos el
árbol y el nacimiento juntos, el decorado de nuestra casa con luces, los
regalos, etc etc, yo, agachado y con la cabeza abajo iba saliendo después de
recibir mi pedido cuando tropecé con alguien en la puerta, la gente del local
suspiró, o más bien hizo un aspaviento que terminaron por hacerme reaccionar,
miré a los costados y la gente señalaba la puerta, miré atentamente el muérdago
que yacía colgando de ella, pero más atención me llamó la persona que estaba
frente mío, después de tanto tiempo sin estar cerca de él, sin sentir su aroma
allí estaba, haciendo que me sintiera jodidamente débil nuevamente, la gente
exclamaba “beso” yo sé que era más morbo que el hecho de que quisieran hacer
cumplir la regla del muérdago, no sé cómo pasó, yo sólo sentí sus fuertes
brazos rodear mi cintura y levantarme del piso para finalmente dejar que
nuestros labios coincidieran, la gente ahora expresaba asombro, tal vez no se
vieron aquello venir, y bueno, cómo iban a saber que nosotros dos teníamos un
pasado juntos, al término del beso, cuando logré que mis pies tocaran suelo,
mis ojos empañados de lágrimas y mi voluntad flaquearon, empecé a correr fuera
del local y Bastian corrió detrás de mí, iba por el estacionamiento cuando
sentí su cuerpo abrazarme por detrás “Soy yo el que ahora va detrás de ti” me
dijo con aquella voz tan varoníl, tan ronca, tan propia de él. “¿Podemos hablar?”
fue la siguiente oración que soltó, yo lo seguía queriendo, tal vez no como
antes porque el tiempo había mellado en mis sentimientos pero él seguía siendo
importante para mí, lo aparté un poco, necesitaba espacio; el estacionamiento
no era el lugar más idóneo para mantener una charla -
-“No…”
- No me digas que no, Hassel, por
favor, seré breve si es que así lo quieres.
- Iba a decir que no creo que sea
conveniente hablar aquí.
- Pues iré a cualquier lugar que
elijas sólo quiero unos minutos de tú tiempo ¿Será que se puede?
- Mi departamento no anda muy
lejos ¿Quieres café?
-Vi como una sonrisa se plasmaba
en su rostro, él asintió y pues nos dirigimos en silencio hasta mi hogar, de
camino no dijimos nada, ni él ni yo, al llegar abrí la puerta y lo dejé pasar,
se sentó en uno de los sillones de mi mini sala y yo fui hasta la cocina para
servirle algo de café, al regresar con él se lo tendí y me senté en el sillón
de enfrente sin pronunciar palabra alguna, fue él quien rompió el silencio.
- Hassel… ¿Cómo has estado?
- Muy bien gracias por preguntar
- Me han dicho que has estado
bien
- Sabes que siempre ha sido así –Dije
canturreando puesto que nuestra conversación me recordaba a una canción, él rió
vagamente-
- Me ha sido difícil hallarte ¿Por
qué te fuiste y no dejaste huella?
- Me vuelvo triste, y no
encuentro tú silueta –Volví a canturrear-
- No evadas mi pregunta, pequeño bribón.
- Todo lo que dices me sabe a
canción.
- Por más que intenté contactarte
no pude, Lu se negó siempre a decirme dónde andabas, dejaste de trabajar en
aquella compañía, cambiaste tú número telefónico, ni tus padres saben dónde te
quedas y en la universidad…
- ¿De qué estás hablando Bastian?
–Me sentía confundido, sí, es cierto, había cambiado de número, mis padres
sabían lo que mi persona quería que sepan, había cambiado de turno en la
universidad, ahora era trabajador independiente y sí, le había dicho a Lu que
no dijera dónde andaba pero… ¿Por qué Bastian sabía todo eso? ¿De verdad me
había estado buscando durante esos 5 meses?-
- Hassel, hasta llegué a pensar
que habías dejado la ciudad ¿Querías matarme acaso? Porque si es así, lo
lograste, cada día que pasé sin saber de ti fui muriendo poco a poco, fue
muriendo la esperanza de volverte a ver, de volver hablar, de escuchar tu voz
una vez más, fui un tonto, más que eso, un idiota que no supo cuidar lo que
tenía, que dejó ir al amor de su vida por cosas que en realidad tenían
solución, debo ser el imbécil más grande del mundo por no haber valorado los
pequeños detalles que tenías conmigo, perdóname Hassel, perdóname.
-Sinceramente no podía creer lo
que estaba pasando, tanto tiempo pensando que él estaba mejor sin mí, que
quizás ahora era feliz, tanto tiempo huyendo de él y él queriendo encontrarme y
es que debíamos llevarnos el premio a los seres más bobos del planeta- No sé
qué decirte Bass –Dije corto de palabras, sintiendo las lágrimas amenazaban con
salir, Bastian se paró de una sola y se arrodilló ante mí, con ambas manos tomó
mi rostro y besó cada uno de mis ojos, luego tomó mis manos entre las suyas, yo
yacía quieto, y es que me había quedado como paralizado en el tiempo, era mucho
para procesar en cuestión de segundos- Hass –Dijo él sacando una pequeña caja
de su bolsillo y abriéndola frente a mi- Cásate conmigo, Hass, no te quiero
perder otra vez, por favor, dame una oportunidad –Dijo tan fuerte y profundo
que sentí sus palabras clavarse en mi corazón, no hace falta mencionar lo
chillón que me puse, cuando logré salir del trance, lo abracé fuerte, muy muy
fuerte, lo había extrañado, quizás tanto como él a mí, hablamos mucho esa
noche, me explicó que siempre cargaba consigo aquél anillo por si volvía a
verme, que de hecho ése día se iba a dar por vencido pero que era obra del
destino y que el mismo le andaba brindando una nueva oportunidad a mi lado,
dijo muchas cosas, y yo dije otras tantas, ésa noche volvimos amarnos una vez
más y empezamos lo que nunca debió terminar.
Narra Lu
-¿Y Bien amor? ¿Cuáles son los
planes para el día de hoy?
-Tenemos una junta a las 9 de la
mañana con los accionistas, a las 12 tenemos que asistir a la entrevista de
televisión, y pues a partir de la 1 te tengo toda para mí porque mandé a
cancelar todo lo demás.
- Y ¿Quién te dio permiso para
que cancelaras todo lo que estaba agendado?
- Pero…
- Luego que por qué tú secretaria
no me pasa, tiene que andar reprogramando todo. Aunque… Eso de tenerte todo
para mi... –Dije guiñándolo un ojo- no anda tan mal.
-Eduardo y yo supimos superar la
crisis en el que mi brillante idea nos metió en un principio, después de lograr
nuevamente solvencia económica más personas quisieron apostar por nosotros y
nos volvimos a reafirmar como la compañía más sólida en el mercado, y es que
juntos lo podíamos todo, de hecho nos hicimos bastante populares en los medios
sociales por ser la pareja más joven manejando una de las compañías más
exitosas del mundo, si preguntan qué pasó con Sky Travel… pues es sencillo, si
bien se mantiene en el mercado, cosechó lo que sembró y los números suyos han
bajado en picada mientras que los nuestros han ido en ascenso.
Si nos evocamos al lado familiar,
adivinen quién ya conoce a sus suegros, exactamente, yo, Eduardo me presentó
ante ellos una vez que formalizamos nuestra relación, he de decir que tiene una
familia bastante peculiar, me llevo muy bien con su padre, siempre mantenemos
una conversación alturada, usualmente conversamos temas ligados a la empresa o
política, creo que por su parte, tengo aprobación; con la que me cuesta un poco
llevar la fiesta es con su madre, que si bien es una dama en todo el sentido de
la palabra, tiene un carácter ligeramente especial, sin mencionar que cada vez
que visitamos su casa no olvida mencionar en la cena o almuerzo que “para
cuando los nietos” y una así de “sí, a ver para cuando” no es que no quiera
tener hijos, Eduardo bien sabe que me gustaría tener una familia junto a él,
sin embargo es un tema que hemos conversado mucho y hemos decidido que lo mejor
será tenerlo en unos años más, así podemos disfrutar de unos viajes que tenemos
programados, supongo que cuando tengamos un bebé, su madre me aceptará del
todo.
No hace falta mencionar que mi
mamá adora a Eduardo, aunque no le agrada mucho la idea de que su “bebé” o sea yo,
haya tenido que viajar hasta New York para estar con él, sin embargo una vez
que encontró a José, creo que ya no le importo tanto, José es la nueva pareja
de mamá, de hecho me costó un buen aceptar a que ése hombre ingresara a nuestra
vidas, desde siempre había tenido a mamá para mí y ahora compartirla con un
sujeto pues no era una idea que me sedujera del todo, sin embargo el susodicho
supo ganarse mi confianza y medio que lo acepté, de hecho mamá es bastante
feliz con él así que espero que la siga haciendo sonreír si es que quiere conservar
los webos en su lugar.
Tal vez se pregunten qué pasó con
Bryan, les resumiré la historia, ahora él es papá de unos hermosos gemelos, al
final la chica de la que no me acuerdo el nombre quedó embarazada de él y pues
tuvieron que hacer una vida juntos, después de todo Bryan sí la amaba y siempre
fue un tipo responsable así que a sus hijos nada les hace falta, la chica
cambió una vez tuvo a sus pequeños, siempre dicen que un hijo te cambia la vida
y al menos esos pequeños cambiaron la suya para bien, hasta me pidió disculpas
en una de las ocasiones en las que nos topamos Eduardo y yo con Bryan y ella en
el parque central, de vez en cuando Bryan y yo nos reunimos a tomar un café como
buenos amigos cuando visito Perú y pues nos ponemos al día, creo que después de
todo nuestra relación no acabó del todo mal, él se volvió a reencontrar con su
pasado y yo también me topé con el mío, a veces nos reímos de cómo se dieron las
cosas pero al final todo supo acomodarse, ambos somos felices con las personas
correctas, él tiene ahora alguien que lo ama y lo atiende como se merece y yo
tengo a mi chico de rulos al que amo con todo el corazón.
¿Saben lo que hace Mau ahora?
Pues ahora trabaja en nuestra compañía, muy en contra de la voluntad de Eduardo
pues aún le tiene algo de recelo, sin embargo él también rehízo su vida con la
chica de aquella vez, de la cual tampoco me acuerdo su nombre porque soy
malota, es feliz ahora y pues somos buenos amigos, cosa que también le causa
pesar a mi novio.
Del pequeño Hassel sé muy poco, como ahora vivo en new York ya no
tengo demasiado contacto con él pero cada vez que visito mi ciudad me doy una
vuelta por la casa de Bastian para visitarlos, creo que Bastian aún me tiene
algo de resentimiento por no darle el paradero de Hassel, sin embargo promesas
son promesas y yo prometí no abrir mi boca, la última vez que los vi, los vi
bastante contentos, Hassel tenía aquél brillo especial en los ojos y Bastian se
desvive por él, y bueno, ellos tienen planes de casarse ahora, su historia de
amor no podía acabar, internamente lo sabía, aunque debo admitir que si me dio
rabia cuando el pequeño me comentó que lo había terminado, pero bueno, las
cosas pasan por algo y creo que aquella separación hizo su relación aún más
fuerte.
¡ADIVINEN QUÉ! Sandra y Rodrigo
tal y como lo pronosticamos terminaron estando juntos y ahora mi mejor amiga
tiene un brillante anillo en su dedo anular, estamos planeando todo juntas,
desde la recepción de los invitados, el salón, todo, absolutamente todo para la
boda que se llevará a cabo en el mes de marzo, Rodrigo se trajo a Sandra a
vivir a New York y pues somos colegas porque ya supondrán quién usó un poco de
sus encantos para dejar que su futuro esposo contrate a su par de amigos.
Creo que me olvidé de mencionar
un pequeño detalle, yo también tengo un hermoso anillo de compromiso en la
mano, aún no definimos fecha pero de todas maneras la propuesta está hecha, y
aún así no lo estuviera, no necesito un papel que diga que debemos estar juntos
para siempre, él es el amor de mi vida y
el afirma que soy yo el suyo entonces… esta historia posiblemente tenga como en
los cuentos de hadas un “Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE” él, el final del hilo
rojo.