miércoles, 22 de octubre de 2014

CAPÍTULO 12: Problemas en el paraiso

-¿Qué es lo que debo hacer? Ésa era la pregunta que en aquel instante rondaba su cabeza, si decidía salirse de su escondite, probablemente Bastian actuaría con total normalidad, pero si no contestaba… No oiría aquella voz que tanto le había hecho falta. – ¡Aah! –Dijo soltando un pequeño suspiro, la decisión estaba tomada, quizás era sólo su cabeza haciéndose ideas locas de un probable engaño hacia el pequeño Hassel, saliendo del lugar donde se ocultaba, se apresuró a contestar la llamaba- ¿Amor? Amor ¿Cómo estás? ¿Pudiste hallar un tiempo libre? Te he extrañado mucho, no sabes cuánto. –Decía con el tono algo melancólico, al otro lado de la línea sólo se escuchaba una risa, muy sútil y delicada para provenir de su pareja- Eduardo ¿Estás ahí? –Repuso de inmediato-
-Oye… ¿Quién es Lu?
-¿Eh? Eso no te importa ¡¿Qué haces con mi celular?!
-¿Quién es Lu?
- Una amiga ¿Contenta?
- Sí. Ops, de casualidad se marcó, creo que está al habla.
-¿Qué? Oye, espera.
-Esa fue la corta conversación que escuchó entre aquella mujer y el que claramente se hacía llamar su novio.- Amiga eh -Escuchó un débil “Am…” antes de que decidiera colgar la llamada. Para aquel momento, de sus ojos ya caían lágrimas que no podía controlar. – Espérame, dijiste. –Susurró sintiendo una fuerte opresión en el pecho-¿Lu? –Escuchó su nombre ser evocado con claridad- ¿Qué ocurre?¿Puedo ayudar? –Consultaba la misma voz con tono de preocupación- Él dijo que lo esperara –Fue lo único que susurraba mientras se aferraba fuertemente al personaje aquél, su rostro se ocultaba en su pecho para que nadie más la viera llorar. Llorar en frente de todos no era digno de su persona, aun así, es lo que único que sabía hacer en ése instante.- Uhm… Ven. –El muchacho separó el cuerpo de la contraria con suavidad, pero la misma volvió apegarse a él, dando como excusa que no quería que la vieran así. Cada vez que lloraba, sus ojos se hinchaban y se ponían rojos, no era precisamente la imagen que quería proyectar.- De acuerdo, entonces ponte estas. –Comentaba el adverso, brindándole unas gafas de sol lo suficientemente grandes como para cubrir parte de su rostro- Bueno. –Repitió la misma, colocándoselas y siguiendo al chico a través de un largo pasadizo, aquel llevaba directo al primer campus.-
- ¿Qué ha pasado? Y no me vengas con eso de “No es nada” que ésa frase ya me la conozco bastante bien.
- Entonces, es mucho.
-Vale, al menos empezamos por algo. ¿Qué es mucho?
-¿Te hago un resumen?
-Si es que quieres llegar a tiempo a clases… Sería bueno.
-Yo tengo un novio, mi novio se fue a NewYork por la empresa que tiene con su padre, hace cuatro días que no se de él y hoy, que me ha llamado… Pues soy su “Amiga”
-¿Cómo que su amiga? ¿Te ha terminado?
-No precisamente
-  Y entonces
- Alguien llamó, una chica, ésa le preguntaba quién era yo y él le dijo “Una amiga”
- Auch
-Sí, auch.
- Pero quizás lo dijo para que no lo molestara. ¿Por qué no esperas a que te llame y te explique?
- ¿Qué me va a decir? Que fue un error, que no era su intención, que me ama y ble ble ble. Está bien que no tenga aaaaños de experiencia, pero tampoco soy boba.

-Creo que debes tomarte las cosas con mucho más calma, pequeña. Tal vez enserio haya una explicación de por medio~ Deja que te llame para que puedan hablar, y en caso de que lo suyo se termine, al menos lo sabrás a tiempo. ¿No lo crees?
- A tiempo~ No se va ni una semana, y ya tiene alguien.
-No saques conclusiones tan de prisa, quizás no sea lo que parece.-Advertía el mayor que con algo de paciencia trataba de tranquilizarla, sacó un pañuelo de su bolsillo y se limitó a secar las lágrimas adversas- Ya no llores, bonita. Enserio, probablemente sólo estaba estresado y dijo lo que  dijo para safarse de la pregunta rápidamente.
-¿De verdad lo crees?
- Es una fuerte probabilidad, pero sólo él puede responder tus dudas así que… Espera su llamada.-De ser considerado un potencial “infiel”, a los 10 segundos ya era el héroe de la menor. Tomó de las manos ajenas aquel pañuelo y se fue secando el rostro lo mejor que podía, sacando el maquillaje restante que se le había corrido-
-Oye ¿Me prestas las gafas?
- Si eso te hace sentir mejor, pues dale.
- Se las doy a Hassel para que te las devuelva ¿Si?
-No te preocupes por eso, te quedan bien, si quieres puedes quedártelas.
-¿Enserio? ¡Genial!
-Qué fácil de contentar eres.
-Oye no~ Sólo que ya no quiero  llorar. Quizás sólo me estoy haciendo ideas.
-Exacto, ahora puedes ir a tus clases, pero apúrale que vas a llegar tarde.
- Tu también
- No tengo clases hasta la tarde, sólo vine a devolverle los libros a mi hermano.
-¿Hermano?
-Sí, mi hermano. Estaba platicando con él cuando te vi llorando y le dije que me disculpara. Luego te lo presento.
-Entendido, ahora sí me voy. Oye, gracias por esto, te debo una-Rápidamente se arregló sus vestiduras y se acomodó un poco el cabello, salió corriendo hasta su aula con el pañuelo en mano, ondeándolo en señal de despedida-
-¡Abierto! Run faster, Lu. Run faster~ -Corrió de prisa antes de que el docente llegara a cerrar la puerta, se acomodó a lado de Sandra, como le era de costumbre.-
- Y eso ¿Porqué llegas tarde?
- Pequeños problemitas.
-Quítate las gafas, te van a retar.
- Nah, el profesor es buena onda. –Comentaba con total tranquilidad mientras sacaba sus cosas del bolso para tomar apuntes-
-Señorita Del Alcazar, quítese los lentes que lleva puestos.
-Te dije
-Calla!
-¿Cómo dijo?
-Que ya mero me los quito.
-Apenas aquella se sacó los lentes, Sandra pudo percibir de que algo no andaba como debía, a la vista estaba que había llorado, ahora la incógnita a resolver era el por qué. Las horas parecían ser eternas y hasta ahora la ajena no encontraba momento indicado para preguntarle ya que salía un profesor, e inmediatamente entraba el siguiente. Las charlas entre ella y la adversa eran esporádicas puesto que los profesores como siempre, las tenían en la mira. No eran las personas más calladas del mundo precisamente. Las horas iban pasando y conforme a ello, el cambio en la actitud de Lu se hizo más notorio. Estaba como que pensativa ¿En qué pensaba?-  Uhm~ -Susurró haciendo una leve mueca con sus labios, quizás lo que Bastian le había dicho era cierto, quizás Eduardo verdaderamente estaba ocupado y sólo lo dijo por decir, esas cosas solían pasar, uno dice mucho sólo para salir del apuro y no repara hasta luego de incidida la situación. –
+ ¿Si o no?
+ ¿Ah?
+ Que elijas entre sí o no
+ ¿De qué?
+ Sólo elije.
+ No(?)
+Pues va, entonces no lo llamo.
+¿Llamar a quién?
+ A Blanca Nieves, es que le presté unos tacones así bien chulos y hasta ahora no me los devuelve.  Y ni qué decir de la Cenicienta, esa se llevó mi vestido de gala y no la he visto ni por el vuelto.
+ Qué graciosa.
+ Luego te cuento
+ Mejor ahora, ya terminó la clase.
+¿Ya?
+ Sí, ya~ ¿Soñabas despierta?
+ Pensaba en realidad.
+ Vamos a mi casa ¿De acuerdo?
-Guardó sus cosas en el bolso y caminó hasta el estacionamiento para sacar su vehículo, de camino a la casa de Sandra, le fue adelantando un poco de lo  sucedido, ella guardaba silencio y escuchaba atentamente. Al estar en su cuarto atinó a decir que quizás fue sólo cosa del momento y que no creía en la posibilidad de que le estuviera engañando, de lo contrario el tono de voz empleado y las oraciones hacia la dama que cogía el teléfono, hubieran sido mucho más suaves. Lu terminó aceptando la teoría de su amiga, tenía razón, durante la llamada no habían dicho nada comprometedor, su mente posiblemente le estaba jugando una mala pasada.-
+ ¿Crees que deba llamarlo?
+ Eso depende. ¿Cuántas llamadas perdidas hay en tu celular?
+ No sé, no lo he vuelto a sacar del bolso.
+ ¿Qué esperas?
-Tomando entre sus manos aquél, busco en el compartimento secreto su celular, al sacarlo había 50 llamadas perdidas-
+ 50 llamadas perdidas ¿Está loco?
+ Por ti, posiblemente.
+ A todo esto… Siempre me has hablado a grandes rasgos de él. ¿Quién es? Necesito nombre, no es justo que tú sepas todo de mí y yo, ni el apodo del chico con el que sales. Por lo que me has dicho, está muy bien posicionado ¿Verdad?
+ Es un hombre mucho mayor que yo, y le conoces.
+ Ay, no me digas que estás saliendo con el carnicero de la esquina, está bien que siempre te de carne gratis pero tampoco tampoco.
+ JAJAJAJAJAJA no es el carnicero, tonta~ Ni el carnicero, ni el lechero, ni el panadero, ni quesero, ni ninguno de ellos.
+ Entonces peor, no conozco a tus amigos fuera de la universidad.
+ De hecho, está dentro de la universidad.
+ Ay, no mames, no me digas que es el Juanito. No creí que estuvieras a tanta falta de amor, yo te presentaré unos así bien buenotes, ya vas a ver.
+ Que no, no es el Juanito.
+ Más perdida entonces. ¿De quién estamos hablando?
+ ¿Te acuerdas cuando me enojé cuando todas babeaban por él?
+ ¡NO INVENTES!
+ Sí
+¡NO! ¡NO! ¡NO!
+ Sí, sí, sí.
+ Es que… ¡NO! ¡NO! ¡NOOOO!
+ Que sí, caray.
+ Bueno, por eso decía que sí.  ¡Concha de la lora! Ni en mi más locos sueños me hubiere imaginado que salías con el profe.
+ Es que tampoco podía compartirlo con todos, su puesto hubiera estado en peligro en caso de saber que anda en amoríos con una de sus alumnas.
+ Pues en eso si tienes bastante razón. Pero rayos, es el profe. Por cierto, en una de sus pruebas me saqué 9, dile que dos puntitos más no afectan a nadie.
+ Oye no, no te pases.
+ Ya me callo. En fin, sería de la idea de que lo llames, sus 50 llamadas desesperadas indican claramente de que necesita hablar contigo.
+ Lo voy hacer, me voy yendo a casa para no coger tráfico. Haces las tareas ¿Entendido?
+ Ya regresaste. Si mamá, si hago las tareas.
+ Boba.
-Con un beso en la mejilla, Lu se despidió de Sandra~ Tomó su motocicleta y fue directamente hasta su casa, al llegar guardó la misma y se metió en su cuarto, tenía el celular en las manos y no se decidía a llamar. Estaba nerviosa, no sabía lo que iba a decir, quizás necesitaba disculparse por el comportamiento abrupto, o quizás sólo necesitaba oír lo que Eduardo tenía para decir.- Esto no es fácil. –Miraba la pantalla como si no tuviera otra cosa más que hacer, de pronto en la misma apareció el nombre del susodicho, con la mano algo temblorosa, contestó la llamada-
+ ¿Estás ahí?
+ No, quien te habla es mi alma. ¿Mi cuerpo? Está enterrado en un mar de lágrimas.
+ Amor, no… No es lo que quise decir aquel instante, la verdad es que estoy presionado por un montón de cosas y apenas tengo tiempo para respirar. Aquella chica que llamó, es una loca que siempre se aparece en la oficina, es la hija de uno de nuestros socios principales y en teoría, tendría que ser amable con ella, pero como ves, tiene un carácter y un comportamiento bastante difícil de llevar. Te amo mucho, tú sabes que es así, no quiero que pienses ni por un solo instante en el hecho de que te puedo dejar, o de que voy a formar otra vida aquí. Te adoro, Lu.
+Quizás mi manera de proceder no fue la adecuada, pero es que… ¿Tú amiga?
+ Lo sé, y me maldije N veces por haber dicho aquella palabra. He estado totalmente desconcentrado hoy, cancelé mis juntas, y me tomé el día libre porque no hacía más que pensar en lo torpe que había sido. Perdón, amor.
+ Estaba preocupada, mis propias inseguridades tampoco me ayudaron demasiado. No te preocupes por nada, todo está bien. Ahora sé cuánto es lo que te importo, 50 llamadas perdidas una no recibe todos los días.
+ ¿Fueron 50? Creo que me excedí un poco. Tienes unas cuantas en el Whatsapp, otras en el inbox del facebook, un par de mensajes en twitter y … Mejor no revises el Gmail.
+ -Una fuerte carcajada fue arrancada de los labios de la menor al oír todo lo que su novio le decía- Te amo, mi cielo. Prometo solemnemente no volver a desconfiar, espero que todo te vaya bien en el trabajo~ No te olvides de llamarme ¿Si? Ya extrañaba escuchar tu voz.
+ Lo prometo, perdón por eso, apenas llegaba a la cama y me dormía. Me organizaré mejor, pequeña.
+ Espero que tengas una bonita semana, me mantendré en comunicación ¿Si? Tengo que contestar una llamada de la oficina, te hablaré pronto, princesa. Te amo, no te canses de esperar por mí.
+ No lo haré, hasta luego mi amor. Que todo te salga de maravilla, te amo, y mucho.
-Ahora sentía que el alma le regresaba al cuerpo, había podido escuchar la voz de su amado y cualquier tipo de duda que pudiere haber tenido minutos previos, estaban del todo despejadas. Se tiró a la cama y sonrió dulcemente. Aquel delicioso placer de descanso no le duró lo suficiente cuando escuchó el timbre sonar- ¿Quién? –Dijo mientras caminaba a lo largo del pasadizo- ¡Hassel haciendo acto de presencia! –Escuchó desde el otro lado de la puerta. Una sonrisa enorme volvió a formarse en sus labios, abrió la misma y lo hizo pasar-
+ Hola mi bonita. Estaba pensando en que eres tú la persona idónea para ayudarme con un problemita chiquitito. –Comentó juntando su dedo pulgar y el índice-
+ ¿Qué tipo de problema? Te advierto que soy mejor en lengua que en números, ni hablar con la física, la química, la aritmética, geometría, trigonometría y esa tira de trías.
+ No no, no es nada eso, para eso tengo a Bastian. Lo que ocurre es que  va ser su cumpleaños y necesito con urgencia urgenciosa, pensar en un regalo bien bonito. Pero no se me ocurre qué~ ¿Te puedo confiar algo?
+ Lo que quieras, pero mejor vamos a mi cuarto que ahorita mamá ha de estar por llegar y no tendremos mucha privacidad.
+ Si que sí. Entonces… Como iba diciendo, hay una sola cosa que no le he dado Bastian, pero tengo miedo de dárselo.
+ Te refieres específicamente a…
+ Tú sabes, un hombre, mas otro hombre, un cuarto solos…
+ ¿Te refieres a que no han tenido intimidad?
+ Justo eso, entonces pensaba que quizás podría ser yo,  su regalo. Después de todo, estoy bien chulo ¿Qué no?
+ Demasiado.
+ Tú qué opinas ¿Debería hacerlo? Quizás te preguntarás porqué es que recurro a ti, y no quiero ser molestia viniendo muy  seguido pero es que no tengo alguien en quien confiar éste tipo de asuntos. Si le digo a mamá, que de por sí me detesta, seguro me bota de la casa por “inmoral” como ella dice, y los chicos de la escuela no son un pan de Dios y los de la academia, pues no me dan confianza. ¿Verdad que puedo confiar en ti? Esta vez sí, promesita de Dioh que no vuelvo a molestarte tan seguidito, pero ayúdame ¿Sí?
+ No tengo inconveniente alguno en el que vengas a visitarme, eres bienvenido cuando quieras, pero llámame antes para asegurar de que ando en casa ¿Vale? Con respecto a tu pregunta, creo que la primera vez es algo muy importante, tanto para las chicas como para los chicos, entonces… Tienes que evaluar cuánto lo amas y estar abierto a posibilidades, uno nunca sabe lo que pueda suceder mañana. Si realmente quieres que sea el primero por todo aquello que sientes, estoy segura de que se sentirá muy contento con un regalo tan divino como tú, pero si tienes alguna duda acerca de sus sentimientos, entonces diría que es preferible elaborar algo más, la creatividad es grande y seguro podrías hallar otro regalo magnífico.
+Es que, en verdad quiero hacerlo con él, muchas veces me ha tocado, es decir, las caricias han sido intensas en momentos donde hemos estado solos, aún así, nunca ha pasado más porque, no sé, supongo que él no cree que yo esté lo suficientemente listo para dar aquel paso.
+ ¿Te preocupa?
+ Me preocupa no poderme parar al día siguiente –Admitió con gracia el menor-
+ ¿Cuándo es su cumpleaños?
+ Mañana. ¿Crees que me deba vestir de manera especial para motivarlo?
+ Eso depende. ¿Sabes qué le gusta?
+ Pues no, pero se pone más cariñoso cuando ando de uniforme.


2 comentarios:

  1. wauuuuuu me quede otra vez curiosaa!!!
    me encanta tus relatos...
    ya te sigo x faceeeeeee
    éxitoos!!!

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    1. Espero que el próximo capítulo no sea demasiado fuerte. Gracias nuevamente por seguir la historia, es agradable saber que existe una persona a la cual le gusta mis escritos<3

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