-Apenas y le había alcanzado el tiempo para
llegar a la universidad, cuando estuvo en la puerta, el profesor yacía bien
acomodado en su pupitre, tocó con educación, con la esperanza de que la dejara
pasar –
-Adelante, Señorita del Alcanzar.
- Buenos días, profesor Salas.
- ¿Se le pegaron las sábanas el día de hoy?
-Con la cabeza gacha se fue a buscar asiento,
pero no veía ninguno disponible ¿Dónde estaba Sandra? Oh ya, ahí estaba,
acomodada a lado de una niña que no tenía ni idea si iba en su clase.-
-Aquí
-¿Se puede? Gracias
-Un muchacho de cabello ligeramente ondeado y
de ojos cafés la invitaba a tomar asiento a su lado ¿Desde cuándo es que había
tanta gente desconocida? Se preguntaba-
-Chicos, tenemos el día de hoy estudiantes de
intercambio, por favor los dos muchachos pasen al frente para presentarse.
-Ambos jóvenes se reincorporaron de sus
asientos, entre ellos, el muchacho de su costado y la chica a lado de su
traicionera mejor amiga; al estar junto al maestro, cada uno comenzó su introducción.-
-Buenos días, mi nombre es Rodrigo, vengo desde
New York, ahm… Estoy aquí porque quería deshacerse de mis padres –Dijo con la
voz seria, haciendo que la mayoría en el salón riera- Enserio –Replicó con una
sonrisita pícara- Y bueno, aprovecharé estos seis meses para estudiar y conocer
un poco el Perú.
* Hola, mi nombre es Khimayra, mis amigos me
dicen Kimi y… También vengo desde la ciudad de New York, no, Rodrigo y yo no
somos novios, pero sí, venimos desde el mismo centro de estudios. Espero hacer
muchos amigos y… Eso, gracias.
-Bienvenidos a este centro de estudio, espero
que las clases sean de su agrado y que saquen provecho de esta experiencia, sin
más en particular que mencionarles…Por favor tomen asiento en sus respectivos
lugares, vamos empezar con las clases de hoy.
-El profesor comenzó a dar cátedra sobre
asuntos que ni qué, la verdad es que sólo escuchaba el principio de cada
oración y luego se volvía a su cuaderno a hacer un montón de dibujos en las
orillas de las hojas –
- ¿Tanto te aburres? –Consultó el chico en
susurro-
- Poquito
- ¿Te presto mi cuaderno? Creo que ya cabrán
más dibujos en el tuyo
- Jajaja no, gracias. Soy Lu, un placer,
Rodrigo ¿Verdad?
- Así es, el placer es todo mío, Lu.
-¿Por qué querías huir de tus padres?
- No huí del todo, mi padre está aquí pero me
alquiló un depa, de la que huí es de mi madre, cree que soy la oveja negra de
la familia.
-Oh vaya, qué motivos le habrás dado.
-Casi ninguno, soy un pan de Dios –Dijo
poniendo sus manos en forma de plegaria y mirando al cielo-
-Bobo
* Señorita del Alcazar y compañero
¿Algo que deseen compartir con la clase?-Intervino el maestro ante tanto
cuchicheo-
- Nada, disculpe profesor. –Dijeron al mismo
tiempo, volviendo la mirada a sus cuadernos-
-Las horas parecían pasarse demasiado lento,
cuanto más miraba el reloj en su muñeca, más eternas parecían las mismas, se
acomodó en el pupitre, estirando un brazo y recostando la mitad del rostro en
el mismo, tomaba apuntes de lo que oía, era lo más productivo que podría hacer
de momento.-
*La estudiante Lu del Alcazar, a dirección por
favor. –Interrumpía la secretaria con permiso del docente-
-¿Qué hiciste?
- ¿Yo? Nada, acabo de llegar.
-Con la mirada de todos encima, se levantó y
caminó hasta la puerta-
*Será mejor que traiga sus cosas, señorita.
–Advirtió la mujer-
-Regresando a su asiento, tomó su cuaderno y lo
guardó en la cartera, al igual que sus lapiceros y los colores que había
utilizado para hacer sus muy creativos marcos alrededor de las hojas-
-¿Para qué se me solicita? –Cuestionó una vez
había salido del salón-
*Un docente la convoca en dirección.
-¿A mi?
*Lu del Alcazar ¿Cierto?
-Así es.
-El resto de camino estuvo en silencio, bajó
las escaleras y al entrar en dirección se encontró con la imponente figura de
alguien que conocía muy bien, se mordió
el labio inferior y soltó un suspiro un antes de pronunciar palabra alguna-
-Buenos días, profesor Alemán ¿Me solicita
usted?
-Muchas gracias por el favor, María. –Dijo en
dirección a la secretaria-
-Señorita del Alcazar, por favor sígame hasta
el despacho de profesores.
- Caminó detrás de él, al entrar en aquél
especie de cuarto, el mayor se encargó de cerrar la puerta con seguro-
- ¿Qué haces aquí?
- “Hola mi amor, yo también te he extrañado”
-Deja los sarcasmos, y te recuerdo que tu y yo
ya no somos nada –Decía con un nudo atravesado en la garganta. En su vano
intento de ser fuerte mantenía la mirada fija en el contrario, sin muestra de
sentimiento alguno-
- Te extrañaba demasiado, necesitaba verte,
saber de ti, no me resistí a la idea de saber que ya andabas con alguien más
¿De verdad ya no me amas? ¿De verdad ya es historia lo nuestro? Sólo quiero que
me veas a los ojos y me digas si es así, de serlo, te juro que me voy así como
vine.
- ¿Es que tú estás loco? ¿Me sacaste de clase
por esto?
- He tomado el avión más próximo a salir para
verme aquí, a lado de la que en teoría fue mi alumna ¿Te parezco un hombre
cuerdo? ; Soy un hombre que esta jodidamente enamorado, quizás más de lo que
debería, uno que no piensa con el cerebro, sino con éste otro órgano llamado
corazón. Princesa… ¿De verdad ya me olvidaste?
- No es un buen momento para hablar, Eduardo,
¿Sabes que te pueden vetar completamente de la escuela de encontrarte en esta
situación?
- ¿Y te parece que me importe?
- Vamos a tu departamento, conversaremos con
más calma allá, me iré primero, te veré allá, no quiero que tu docencia se
ponga en peligro por tu falta de tino.
- Así es como Lu salió de aquél lugar, se fue
hasta el estacionamiento y se montó en su pequeño vehículo, su cabeza estaba
llena de pensamientos que había estado tratando de olvidar-¿Qué es lo que hacía
allí? Maldita sea, porqué me haces esto, no sabes cuántas ganas tengo de
besarte, de abrazarte, llegas y me haces la pregunta más estúpida del mundo
¿Enserio crees que soy capaz de olvidarte tan rápido? –Hablaba en voz alta
mientras conducía hasta el edificio donde quedaba el departamento del mayor, el
portero la conocía muy bien así que la dejó pasar, lo esperó en su piso, no
pasó ni un minuto que el adverso se hacía paso entre el elevador, abrió la
puerta y ambos entraron en silencio-
*Princesa…
-Antes de que digas cualquier cosa, quiero
aclararte que Mauricio es sólo una persona que conocí, se podría decir que es
mi amigo; no me acosté con él, no pasó nada entre nosotros dos, si eso es lo
que piensas.
*Mi niña, yo estaba de cólera, de rabia, sabía
que no debía buscarte pero desde el segundo en que cortamos, no pude evitar
pensar que era el imbécil más grande del mundo por dejarte ir, por no permitir
si quiera que me dijeras lo que pensabas, porque decidí sólo yo en una relación
que era tuya y mía, que es tuya y mía, o que al menos espero siga siendo tuya y
mía. Posiblemente pienses que estoy loco por sacarte de clases de esta manera,
pero necesitaba verte cuanto antes, necesitaba sentir que no te he perdido.
-Tú jamás me perdiste, Eduardo. Mi corazón
sigue siendo tuyo, mis sentimientos hacia ti siguen intactos, te amo, te amo
tanto. Mierda, de verdad soñaba con que regresaras, con que volvieras a mi y reiniciáramos
esta historia que nunca debió acabar.
- Y no ha acabado, princesa. Digamos que sólo
le pusimos pause –Dijo con aquella sonrisa cautivadora que hacía que la
contraria olvidara absolutamente todo lo que los rodeaba-
- ¿Qué esperas que no besas? –Exclamaba con una
sonrisa en medio de ojos cristalizados-
- No llores, mi pequeña, ya estoy aquí y
prometo no volverme a ir. –Jaló su brazo y la acercó hasta su cuerpo, tomándola
de la cintura la levantó del piso y juntó sus labios con los de ella, la chica
por su parte rodeó con sus piernas la cintura del contrario y se dieron un
profundo de beso, beso expreso de cariño, quizás necesidad, ése efímero beso
que sólo es expresado cuando después de tiempo vuelves a reencontrarte con la
persona que es y será tu verdadero amor.-
-Te amo, Edu.
-Te amo, mi amor.
-¿Tienes idea de lo mucho que extrañaba tu voz,
tus manos, tu cuerpo?
-Seguro tan intensamente como yo extrañaba todo
eso de ti.
-¿Qué excusa diste para sacarme de clases eh?
-Pues sólo dije que te trajeran, la secretaria
se muere por mi.
-Ay sí, muy casanova tú.
-¿Tu trabajo? ¿Qué pasó allá?
-Le dije a mi padre que renunciaba al cargo,
que su hermano tomara el mando de la empresa.
-Amor, pero tu padre confiaba en ti.
-Puedo vivir bien sin la compañía de mi padre,
pero no aseguro vivir bien si no tengo a la mujer que amo a mi lado.
- Eres un tonto
-Un tonto que te ama
- ¿Estas feliz?
-Siento que todo vuelve a cobrar sentido ahora
que estás aquí a mi lado.
-Volviendo a sus labios, lo abrazó con fuerza,
no quería dejarlo ir, no soportaría perderlo de nuevo.-
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-¿Lu? ¿Luu? ¿Luuuu? ¡LU!
-¿Uhm?
-Joder, tienes el sueño pesado, levántate, ya
acabaron las clases, tenemos que ir al otro pabellón.
-¿Qué? Ahm… ¡Eduardo!
-¿Sigues soñando con él?
-¿Fue un puto sueño? –Y ahí estaban de nuevo,
traicioneras lágrimas anunciando su salida-
-Lu, no llores, no es el momento. –Decía una
preocupada Sandra, abrazándola con fuerza mientras el salón de vaciaba.-
waaaaa casi me desmayooooooooo cuando penséee q Edu volviaa!!!
ResponderBorrarme encantoo!
Jajajajaja lo sé, pensé que después de este capítulo probablemente me querrías matar, pero al siguiente recompensaría la situación.
Borrarjajajaja eres lo máx Ana Lucia super imaginadora, recuerdo que antes yo tmb hacia historias hasta q empezó la univ y el trbaajo que deje mi imaginación a un lado. :( pero tengo fe que en algun momnto lo volveré a retomar aunque tmb tengo mi blog ahi te lo paso y veeas las 2 historias que hice jiji http://chise15.blogspot.com/
ResponderBorrar¿También hacías historias? ¡Qué genial! Me dará mucho gusto pasarme por ellas. Sé que me demoré un buen pero es que ando exámenes y la cosa, apenas tengo tiempo de ir al baño. -Como siempre tan fina- Me pasaré por las que escribiste y dejaré mis comentarios también,
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