-Habían
pasado semanas enteras desde que Sandra había terminado con Keylee, al parecer
cada día se encontraba mejor y con buen ánimo, no le gustaba ver a su amiga
triste, por eso siempre procuraba estar al pendiente, hacer cosas como salir a
pasear, ir de compras, al cine, a fiestas y una serie de cosas más para mantener
la mente ocupada. Por otro lado, las cosas con Eduardo iban tan bien como siempre,
se llamaban de 1 a 2 veces al día cuando no podían verse y los eternos mensajes
tampoco se hacían esperar. Todo estaba en orden ahora, pensaba. Las cosas difíciles
habían pasado y si no fuera por algunos venditos cursos que querían jugarle
sucio… Pues todo seguía un curso favorable.
Tras haber salido de clases, se dirigió a su casa para almorzar, tenía
mucha hambre a esas horas de la tarde y no había cosa que deseara más, que estar
pronto en su hogar para ver lo que su mamá hubiere preparado, con rapidez tomó su vehículo y
condujo hasta su destino, el tráfico no era bueno pero tampoco malo, al llegar
vio el rostro de su mamá algo afligido, no sabía lo que estaba pasando y verla
así… La hacía poner un poco tensa-
+ Mamá
¿Qué es lo que ocurre?
+
Eduardo llamó, las cosas no están bien.
+ ¿Qué?
¿Qué pasa? ¿Qué tiene Eduardo? ¿Dónde está?
+ El está
bien, hija~ el que se encuentra mal es su padre.
+ ¿Su
padre? –Reflexionó por unos segundos, no conocía al padre de su novio por más de
que ya llevaran saliendo buen tiempo, ni siquiera conocía su nombre –
+ Sí, su
padre. Eduardo llamó a la casa porque no le coges el teléfono~
+ ¿Mi celular?
Pero si mi celular está prendi… Ah!
Olvidé cargarlo, rayos.
+ Dijo
que quiere hablar contigo de un asunto, no sé de qué. ¿Por qué no me habías dicho que estaban saliendo
juntos? Porque no me vas a decir que llamó hasta la casa sólo porque son muy buenos
amigos y quería mantenerte informada ¿O si?
Y menos que pidió verte porque necesita un hombro en el cual apoyarse~ Recuerda
que no nací ayer.
+ Bueno…
Yo… Digamos que… lo olvidé. Uhm... en realidad no pero… No es una cosa que sueltes
así tan abiertamente y menos sabiendo que
le conoces. Nunca me dijiste cómo es que sabes de él y de su familia.
+Creo que
habrá tiempo para discutir ese tema, dijo que iba estar aquí como a las 5, te
queda media hora por si es que quieres alistarte.
+ De acuerdo,
vale, conversaremos luego~ Iré a darme una ducha, me cambio rápidamente, conociendo
lo puntual que es, no quiero hacerle esperar.
-Tal y
como anteriormente lo había anunciado fue hasta su cuarto y escogió la ropa que
se pondría, la puso en
orden como habituaba, tomó una corta ducha con la intención de sólo refrescarse,
su mente divagaba por muchos lados, tenía una sensación rara en el pecho que no
la dejaba estar tranquila, y el hecho de que el ajeno quisiera verla cuando habían problemas dentro de su familia… No le
transmitía exactamente buenos pensamientos. Sólo esperaba con todas las fuerzas
de su corazón, que no fuera una mala noticia y que aquel problema que tenía su
papá se solucionara lo más antes posible~ Cogió su toalla y se la enredó en el
busto, salió de la ducha y empezó a coger sus prendas una a una mientras se las
colocaba. Vestía con un jean, un blusa y unas tenis, algo cómodo y no tan
exuberante. A la hora anunciada, Eduardo se encontraba tocando el timbre de su
hogar, apenas escuchó, tomó su cartera y salió a recibirlo pero su mamá ya se le
había adelantado, estaba algo nerviosa por cómo sería su trato con el que ahora
sabía perfectamente que era su novio, se la imaginaba un tanto más seria, haciendo
preguntas sobre sus intensiones o que es lo que realmente deseaba y pensaba hacer
con su persona; muy por el contrario, su mamá lo recibió como le era habitual,
incluso mucho más amble que de costumbre
- ¿Y esta? –Pensó para sí, saliendo hasta la sala de
estar donde le hizo sentar-
+ ¡Lu!
+
Eduardo
+ ¿Cómo estás
princesa?
+ Uhm… etto…
Bien. ¿Cómo estás tú?
+ No tan
bien, quiero platicar de algo contigo. ¿Te molesta si nos vamos a dar una vuelta?
+ No no,
para nada, espera le aviso a mamá~ Creo que se estaba poniendo hacer bocaditos.
+ Tu
mamá siempre tan linda.
+ Sí, bueno…
Se esfuerza. –Al segundo fue hasta la cocina para anunciarle a su mamá que se
irían, que no se preocupara y
que regresaría pronto. Su madre aceptó
tranquilamente y la despidió con un beso en la mejilla, le hizo saber que le
tocaba trabajo diurno así que regresaría a casa muy temprano por la mañana. –
+ Mi
amor, ¿Nos vamos ya?
+ Sí
princesa, andando~
-el
mayor tomó la mano de la contraria un antes de salir de aquella casa, cordialmente
abrió la puerta y la hizo pasar primero, siendo el último en salir, cerró la puerta.
De igual manera hizo
con la puerta del coche, las atenciones del adverso siempre eran muy
caballerescas, sus modales eran impecables y desde su punto de vista… Con sencillez
podría decir que era el hombre perfecto.-
+ Mi
amor ¿De qué se trata aquello de lo que quieres platicar?
+ Te cuento
luego, esperemos llegar al lugar que tengo preparado para nosotros dos.
+ ¿Has
preparado un lugar para nosotros? Mi cielo…
¿Por qué eres tan lindo?
+ No es
nada, mi niña, son sólo detalles. Más bien, cuéntame, ¿Cómo has estado tú?
+ Veamos,
nada fuera de lo usual~ Sandra ya se encuentra mejor. ¿Te acuerdas que te comente
que había terminado con su enamorada? Creo que cada día se recupera, está empezando
a sonreír de nuevo.
+ Me alegra
saber eso, no puede deprimirse por una persona que no la valore~ Siempre pensé
que tu relación con ella es algo extraña ¿Sabes?
+ ¿Extraña? ¿A qué te refieres?
+ Pues…
A ella le gustan las mujeres, tú eres una, y una muy linda.
+ Hahahahahaha, ay amor, pero que cosas dices.
No no, nada que ver, Sandra y yo somos muy buenas amigas pero de ahí no pasa, ella
sabe muy bien que a mí me gustan los chicos y aparte soy su mejor amiga, no se
fijaría en mí, no sea bobo. Además, la única persona que me importa, eres tú~
+ Y tú me
importas a mí, mi pequeña. Entonces
olvida lo que dije ¿De acuerdo?
+ ¡Hecho! ¿A dónde estamos yendo amor?
+ A un lugar bastante bonito, ¿Alguna vez has
paseado en bote?
+ Sí, pero
no hice un muy buen trabajo. Recuerdo que
andaba en la escuela y justo era primavera, y como cada primera nos fuimos de
paseo, al lugar que fuimos, había un lago y la mayoría de personas se metió
allí para zambullirse, pero yo quería pasear en bote, tenían unos botes mega
bonitos. Así pues, con una amiga más decidimos alquilar uno, apenas nos subimos
comenzamos a remar, pero éramos un fracaso, mi amor~ Lo único que hacíamos es
dar vueltas y vueltas y vueltas en círculos.
+ -el mayor sin hacerse esperar, soltó una
carcajada~ De seguro se había imaginado la escena, era algo cómica si quería ser
sincera-
+ ¡Oye! No te rías.
+ Lo siento, es que me
pareció muy divertido.
+ Vale, sí, quizás sea un poco gracioso.
+ Hoy día daremos un paseo diferente.
+ ¿Diferente? ¿Cómo?
+ No daremos vueltas en círculos.
+Yaaaaah deja de burlarte. Mejor adelánteme
algo de lo que querías
decirme ¿Qué no?
+ Bueno, es que es un asunto algo complicado y
creo que sería mejor que lo tomáramos con calma.
+No me asustes.
+ Mis intenciones no son esas, ya falta poco,
no tardaremos demasiado.
-Los minutos siguientes se llenaron de un silencio
algo incómodo, Lu no sabía que pensar y Eduardo no sabía que más decir. Tal y como el mayor lo había
comentado con anterioridad, en minutos consiguieron llegar a su destino. El contrario estacionó el coche y se bajó del
mismo, corrió hasta la puerta contraria abriendo la misma- Princesa, no estés seria. Divirtámonos ¿Si? –Comentaba con tono
tranquilo mientras la tomaba con delicadeza de la nuca y la acercaba hasta sus
labios para plantar un beso.- Mi niña… Yo te amo.
+Yo también te amo, mi amor~ Sólo que me pone un poco nerviosa
el hecho de que no quieras
decirme lo que pasa, lo que quieres hablar conmigo.
+ Ya lo sabrás,. Anda, vamos a pasear y te cuento
mientras tanto ¿Si?
+ Bueno, creo que suena justo.
-Dando un pequeño brinco salió del coche y cerró
la puerta~ Tomó la mano del ajeno y caminaron a través del puente de madera hasta
llegar al final del mismo, allí los esperaba un señor, aquel que les alquilaría
la embarcación, cedió las llaves y les señaló el bote que en esa ocasión
usarían. Eduardo subió primero y ayudó a la menor a subir, encendió el motor y
condujo por un buen rato hasta la lejanía del lago, una vez que estuvieron
bastante apartados de todo y de todos, comenzó a hablar.-
+Hay cosas que se me han tornado complicadas
últimamente.
+ ¿A qué tipo de cosas haces referencia?
+ Básicamente al tema de mi padre, junto
con él tenemos a cargo la compañía en la cual me desenvuelvo, constantemente tiene
que viajar a New York para ver que todo está bien y de que las personas que entran
a trabajar en la misma sean de confianza~ Hasta ahora yo me he limitado al
movimiento interno y mi padre cada día se encuentra más cansado, es por eso que
ha llegado un punto límite donde su persona ha solicitado de mi ayuda para que
asuma el cargo que durante tanto tiempo ha llevado sobre sus hombros.
+ Comprendo, mi amor. Pero… ¿eso
que tiene que ver con nosotros?
+ Más de lo que piensas, mi niña.
Sucede que no conozco a los ejecutivos que trabajan en conjunto con nosotros,
ni siquiera a los colaboradores que tenemos allá, aquella empresa en New York
siempre fue un punto aparte para mí pero ahora tengo que hacerme cargo de ella,
eso implica tener que viajar para conocer cada uno de los movimientos de la empresa
en los últimos años, la cantidad de personal, los accionista y todo el conglomerado
de personas que hace posible el éxito de nuestra compañía allá. Bueno, como entenderás
eso implica tiempo y me veré en la responsabilidad de salir del país por un tiempo.
+ ¡Vaya! Es compresible que tu padre quiera tomar un respiro
y quien mejor que tú para ser su sucesor, por otro lado considero que será bueno
que viajes, así mismo las puertas podrán abrirse hacia ti y crecerás profesionalmente~
Amor, yo estoy muy orgullosa de ti y de lo responsable, maduro y buen hombre que
eres. Yo no soy quien para retenerte o decir
“no lo hagas”, quiero que avances, no sería una buena novia si detuviera tu
progreso. ¿Por cuánto tiempo te irás?
¿Una semana? ¿Quizás
dos?
+-el mayor dio un pequeño
suspiro antes de continuar- Tú eres la chica más dulce con la que me he podido
topar y me hace muy feliz que estés a mi lado, gracias por entenderme princesa,
no sabes lo aliviado que me hace sentir aquello. La verdad sería estupendo que
sólo fuera eso, pero me tengo que ir por un año entero, quizás dos.
+ ¿Un año? ¿Quizás dos? Pero… Pero
eso es mucho tiempo
+Lo sé, y créeme que a mí
también me afecta pero es que no hay nada que pueda yo hacer para controlarlo,
según tengo entendido, ahora último que mi papá ha estado delicado de salud y
no ha podido ir a controlar los movimientos financieros… Ha habido una gran descompensación
y no tengo idea de qué tan grave es el asunto. Mi niña, sólo te quiero pedir un
favor, un favor que no se si sea justo
para ti pero… ¡espérame! Por lo que más quieras espera por mí, yo entregaré lo
mejor de mi persona para que las cosas se agilicen y pueda volver cuanto antes.
Me imagino que un año es mucho y pueden pasar muchas cosas en tu vida pero no me
olvides, yo te prometo regresar cuando todo ande como debe andar, entonces seremos
felices y seguiremos saliendo, luego nos casaremos y tendremos bebes y formaremos
una familia o no se, lo que tú
quieras.
+-Una que otra lágrima traicionera
rodó por la mejilla ajena, no es que estuviera triste o decepcionada, muy por el
contrario, estaba feliz de tener un chico así con ella, que pensara en un
futuro juntos y que sin titubeo en el hablar le dijera que pensaba regresar
para volver a ser uno siendo
dos, de un momento a otro, la menor
se lanzó a los brazos contrarios, sujetándolo firmemente en medio de los
mismos, su rostro se ocultó en el cuello del adverso, empañando un poco el cuello
de la camisa que llevaba puesta –Te voy a esperar, lo prometo~ Te amo Eduardo y
sólo tú puedes ser el chico ideal para mí. Desde la primera vez ¿Recuerdas? Fui
tuya desde la primera vez.
+Lo recuerdo a la perfección,
jamás voy a olvidar aquel día. Fue el
inicio de nuestra historia juntos ¿Verdad? Mañana sale mi vuelo, te llamaré,
todos los días lo haré.
+ ¿Me lo prometes?
+ Te lo juro, princesita.
+ Amor, ya que esta va ser la
última noche que te vea en tiempo… ¿Puedes regalarme muchos besos?
+ Todos los que desees, amor.
+ Y si esta va ser la última
noche ¿Puedo dormir contigo?
+ Claro que sí, pero primero tienes
que llamar a tu mamá para que no se preocupe.
+ Y si esta va ser la última
noche ¿Podríamos hacer el amor?
+ Mi niña, esta noche voy amarte
como ninguna otra.
+ No me abandones por un gringa
¡ eh!
+ Jajajaja, no lo haré, sólo existes
tú para mí. Tú no me dejes por otro Perucho sensual ¿vale?(?)
+ Jajajaja, nadie más sensual
que tú, mi amor. Te voy a esperar~
+ Bueno, así quedamos entonces.
Vamos de regreso a casa ~ Luego se nos va hacer demasiado tarde.
+ estoy de acuerdo, ¿Te ayudo
con eso de los remos?
+ Si quieres dar vueltas en
círculos…
+ Yaaah, te dije que no te
burlaras. Te voy a tirar al agua, ya verás.
-Al salir de aquella embarcación,
Eduardo tomó el camino de regreso a su departamento, Lu por su parte se había encargado
de llamar a su madre y anunciarle que no llegaría esa noche, que le explicaría
a la mañana siguiente. Su mamá con algo de incomodidad en el tono de voz, accedió
con la condición de que se cuidara y que la quería en casa antes de que su persona anduviera de regreso. El
resto del camino, el contrario y la menor se la pasaron riendo, quizás para
olvidar un tanto el hecho de que a la mañana siguiente las cosas cambiarían. Tras
varios minutos de conducir, habían llegado a su destino, subieron hasta su piso e ingresaron–
+Mh... Sígueme. – Dijo la menor con una sonrisa coqueta apartándose
de él para darle la espalda, muy
lentamente se quitó la
blusa que vestía, dejándola caer al suelo, y quedando en brasier, el mayor por su parte se dejó guiar a la habitación, deteniéndose en
cuanto lo hizo la menor,
en sus labios apareció una sonrisa de medio lado, un tanto divertida, se cruzó
de brazos apoyándose en el marco de la puerta mientras ella caminaba; al ver caer esa blusa al suelo,
se sorprendió, más admiró la perfecta línea ajena.- Entonces ¿Qué tengo que hacer? como que no miro? –comentó a manera de juego, sabiendo que no lo
haría aunque se lo pidiera. La muchacha encogió solo uno de sus hombros y rió
suave- Eres un hombre grande, sabes lo que haces. -Susurró nuevamente, y se
desabotonó el pantalón del jean para bajárselo y quedar únicamente en ropa
interior. Siguió su camino a la habitación y se inclinó sobre la cama, gateó por ésta hasta sentarse contra la cabecera,
viéndolo fijamente. Por su parte el más alto no dejo de mirar cada uno de los nuevos
movimientos de la chica, vio como su pantalón resbalaba lento por sus piernas, dio
sólo un paso hacia la cama cuando le vio inclinarse y gatear , fue justo
aquella acción lo que hizo despertar en él todos sus sentidos. Su vista se
levantó de inmediato para encontrarse con la contraria, sonrió de lado y se
acercó hasta ella hasta tomar su rostro del mentón, dejando un beso en sus labios.- ¿Por qué
me provocas de esta manera?-Cuestionó
de inmediato su persona- ¿Por qué? ¿No es obvio que te deseo? -Susurró
contra sus labios, y pasó suavemente los brazos a su cuello, abrazándole con
firmeza- ¿He logrado hacer que me desees también? ¿O debo jugar un poco más?
-Sonrió sin dejar de verle- ¿Desearte? -Sonrió algo irónico.- Es de más
decir que te deseo cada vez que te veo, que te abrazo. Eres hermosa Lu~ -Se relamió los labios
cerca a los ajenos y ladeo su rostro para encajarlo en la curvatura de su
cuello, en donde empezó a dejar suaves besos. La pequeña sonrió por sus acciones y con
solo escucharle logró estremecerse,
lo apretó suave entre sus brazos para pegarle más a su cuerpo, sintiendo
aquellos besos que dejaba en su cuello, imitando su actuar, besó el suyo con suavidad un par de
veces también- Tienes... Mucha ropa -Susurró de forma suave y baja, acariciando su
pecho lentamente- ¿Mh? -Cuestionó sin apartar sus labios de su delgado cuello,
retiró sus manos de su cintura sólo para desabotonar su camisa, dejándola
abierta para que la menor
la retirará. Sacó apenas la punta de su lengua para pasearla desde la base de
su cuello hasta su lóbulo derecho, dejo un beso en este, humedeció sus labios y
regreso con los besos en cada parte del mismo. La adversa
sonrió al verle desprenderse de aquella camisa, por lo que de inmediato la retiró con suavidad,
dejándolo con el torso al descubierto. Sus traviesas y hábiles manos
recorrieron de inmediato su abdomen, disfrutando de la suavidad que éste mismo
poseía más allá de tratarse de la piel de un hombre. Sintió su lengua y
aquellos besos por su cuello y su lóbulo, haciendo que jadeara suave, y
emitiera un gemidito muy bajo, cerca del oído del mayor. Con delicadeza, el muchacho llevó una de sus
manos a sus cabellos, los acarició sin dejar por un momento las atenciones en
su cuello, de esa manera podía interiorizar aquel aroma tan embriagador que
emanaba la chica a la que
solía llamar “Su princesa”. A causa de aquel sutil gemido, ahora sus
labios ya no sólo rozaban su cuello con esa especie de castidad, sino que se
aventuraron a descender más, besando y succionando su piel con algo de
desesperación. Los gemidos suaves de ella comenzaron a escapar con más continuidad por sentir
aquellas atenciones en su cuello. Le jaló muy suavemente para poder recostarse,
y que éste quedara sobre su persona-
Quítate el pantalón, Edu.
-Susurró bajo, y se quitó el brasier con agilidad, viéndole fijamente-
De acuerdo, mi amor.-Separó su rostro de sus
hombros, en donde sus labios se encargaban de dejar húmedos besos, le miró,
dejo un delicado beso en sus labios y levanto su cuerpo, quedando arrodillado
en la cama, desabrochó su pantalón, se lo quitó y lo dejó a un costado; ejecutó
cada una de esas acciones mientras sus ojos recorrían cada parte del cuerpo contrario, a su vez, abría las piernas de ésta con suma delicadeza, acariciando sus
muslos, situándose en medio para luego inclinarse y beber de sus senos y sus pezones erectos.
Sus dientes jugaban amorosamente con ellos, estimulándolos de esta manera.-