sábado, 18 de abril de 2015

Capítulo 19: Dándole Tips a Mau

-¿A mí? No fui yo quien decidió terminar esta relación. ¿Qué te dije de las llamadas? No quiero saber de ti nunca más, ya has hecho suficiente ¿No crees?
-Que no te volviera a buscar, no creas que soy  idiota. Aunque sí, creo que soy el idiota más grande del mundo al intentar solucionar las cosas y no darme cuenta de lo fácil que era para ti encontrar alguien más.
-¿De qué coño me estás hablando! No hay nadie en mi vida, Eduardo.  Aunque eso no será para siempre, cuando te fuiste me dejaste en las mismas posibilidades que tú, el derecho de volver a elegir.
-No hay nadie, no hay nadie… -Bufó- ¿Quién es Mauricio entonces? ¿Tu primo? ¿Tu vecino? ¿Tu amiguito?
- ¿Mauricio? –Su mirada viajó directamente hacia el muchacho, él sólo agachó la cabeza y se encogió de hombros- Mauricio es… un conocido mío ¿Qué me crees? ¿Una puta? ¿Una perra que va a ir en busca de cualquier tipo que se me cruce? ¡Ah! ¿En verdad me crees capaz de eso? Si es así, no hay más de que hablar, piensa lo que quieras, que me acosté con 1, con 2, con 3, con 4, que hice orgía si quieres, me vale una mierda.  Adiós, mi amor. –Estaba de cólera ¿es que si quiera tenía el derecho de reclamarle algo? Aquellas dos últimas palabras habían sido soltadas con ironía, apagó el celular por si es que decidía volver a llamar, no quería enfrentarse con aquello, no ahora. Sacudió vanos pensamientos de su cabeza y luego recordó ¿Cómo es que Eduardo Sabía de la existencia de Mauricio? Volvió a buscarlo con la mirada pero éste yacía a punto de escabullirse hacia la puerta y salir corriendo- ¡MAURICIO!-Exclamó en orden de que se detuviera- ¿Tienes algo que comentar?
-Cual niño regañado regresó con la cabeza baja y mordiéndose el labio inferior- Lu, no te enojes conmigo.
-¿Qué fue lo que le dijiste? Porque anda muy claro que alguien sí llamó.
-Yo pensé que era Sandra, te lo juro.  Y no tuve la culpa, él comenzó a insultarme~
- ¿A insultarte? ¿Eduardo Alemán?
- Sí, apenas escuchó mi voz salió con el “Quién mierda eres tú”
- Y conociéndote, no te quedaste atrás.
- Sólo le dije que quién carajos era él para hablarme así, entonces dijo que era tu enamorado y yo lo corregí, obviamente. No es tu enamorado, es tu ex. Luego me salió con el : ¿Quién eres y dónde está Lu? –Dijo tratando de imitar la masculina y grave voz de Eduardo -Yo simplemente le dije que estabas en mi baño arreglándote un poco;  él que pensó cochinadas.
- Pues es que así cualquiera, igual me vale madres, que piense lo que desee. Yo sé quién soy, yo sé qué somos y su mente puede seguir llevándolo a imaginarme como quiera. Si quiere verme como una fácil… Bien.
-¿Te das cuenta que ése tipo no te merece, verdad?
- Y según tú ¿Quién me merece? ¿Tú?
- Pues sí.
- Tal vez cuando dejes de asediarme tanto, te haré caso.
- ¿Asediarte? ¿Qué es eso?
- Lanzarte ¿Sabías que a las chicas también nos gusta que se hagan los difíciles? Que no siempre nos hagan caso.
- ¿Si? Las otras no me hacían problemas
-Las otras eran putas, Mau.
- Ah bueno, eso sí. –rió ligero, risas que fueron coreadas por la muchacha- Entonces difícil ¿No?
- Exactamente. Oye, ya ponle play a la película.
- No
- ¿No?
-No
- ¿Por qué no?
- ¿Ya soy difícil?
- JAJAJAJAJA Estúpido, eso eres.
-Oyeeeeee
-No me refiero a que no me hagas caso en cosas tan simples, sino que no me hables de tus sentimientos muy seguido, me espantas.
- Y yo que pensé que sólo los chicos nos espantábamos cuando las mujeres comenzaban hablar de sus sentimientos.
- Ya vez que no.
- ¿Entonces me estás dando tips para enamorarte?
- Te doy tips para que dejes de acosarme.
- No te acoso
-Sí lo haces.
- Bueno ya, entonces seré más que difícil, seré imposible.
- Veremos Mau, veremos.
- Y ¿Qué más debo hacer? Quiero decir, ya me quedó claro que no te gusta que me insinúe todo el tiempo pero ¿Qué más no te gusta?
- ¿Vas a cambiar?
- Voy a mejorar, anda, dime.
- Me gustan los detalles sencillos, como éste que tuviste conmigo, te doy un punto por eso. No me gusta que me besen improvisadamente. Bueno… sí… Pero tú, no.
- ¿Por qué yo no? No se vale.
- Porque recién nos andamos conociendo.
- ¿Entonces cuando nos conozcamos más tiempo me dejarás besarte?
- Exacto. Digo no, no no,  me refiero que a una chica no le gusta ser besada si no hay sentimiento de por medio.
- ¿No sientes nada por mí?
- Siento cariño, no más. Eso lo sabes bien.
- Sí, lo sé. ¿Qué más no te gusta? Espera espera –Mauricio corrió hacia su estante y sacó una pequeña libreta, Lu se asomó a ver lo que escribía y sonrió internamente al ver que tomaba apuntes de lo que le decía-
- No me gusta ser controlada, o sea, que me marquen día, tarde y noche. Lo odio, en verdad, se me hace muy pesado. 
- Marcarle sólo una vez al día –Apuntaba  el niño aquél mientras hablaba- Listo ¿Qué más?
- ¿Enserio te vas a tomar tantas molestias?
- Dije ¿Qué más?
- Veamos… Odio las mentiras, no me gustan, en lo absoluto, ni las piadosas. Como la que me acabas de hacer hoy, con Eduardo.
- Pero él empezó, ñeeeh , está bien, cero mentiras.
-No insinuaciones, no llamadas continuas, no mentiras, no detalles muy grandes… Creo que eso es todo, Mau.
-Listo.
- ¿Ya le pones play?
- No, es que ya me aburrió, no tiene gracia si no te asustas.
- ¿No será que a ti si te dio miedo?
- No, pfff, esas caras y esa niña doblándose y girando su cabeza cual búho, no, para nada, tsk.
- Ajá, ya. ¿Qué haremos entonces?
- Ya son las 10 ¿No tienes sueño?
- Un poco ¿Dónde dormiré?
- Conmigo.
- ¿Estás bromeando?
- Los otros cuartos no tienen calefactor, morirás de frío.
- ¿No tienes un colchón  inflable o algo así?
- Sí
- Entonces trailo.
- ¿Prefieres dormir en el piso que conmigo?
- No, tú prefieres dormir en el piso, yo me quedaré aquí. –Dijo la muchacha acomodándose en la cama de aquél chico-
- Pero es mi cama
- ¿Me harás dormir en el suelo?
- Bueno… Ah… ¿No?
- Buena respuesta. Anda, trae, yo te ayudo a tenderla.
-El muchacho fue hasta el ático a traer aquello, en conjunto de un inflador para que tanto sus pulmones como los de la contraria, no se quedaran sin aire. Una vez que habían logrado inflarlo… Pusieron sábanas y un cobertor encima-
-Mi cama es grande, por qué no podemos dormir juntos, no te haré nada.
-Al suelo Mau.
- Ya qué. Buenas noches Lu.
- Buenas noches Mau
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-Bas... La segunda vez se sintió muy rico.
- jajaja ¿Si Hassel?
- Sí, ya no dolió tanto.
- Traté de ser más delicado contigo. Perdóname por lo idiota que fui esta noche ¿Quieres?
-  Ya está olvidado, mi amor.
- Me siento mal, por la forma en que te traté, fue como si alguien más me dominara.
- Ése alguien, fue la ira. Pero no importa, de veras de veritas. –El pequeño se sentó sobre las caderas del mayor y se le quedó mirando a los ojos- ¿Me amas?
- Como jamás creí que lo haría, ya hasta cursi me pongo ¿Ves?
- Lo noto, mi Bas. –Dijo con dulzura en la voz, dejándole cortos besos en los labios- Te- a-mo.
- Yo a ti, bonito.
- ¿Bas?
- ¿Si?
- Me quiero venir a vivir contigo.
- ¿Tu mamá se puso muy intensa hoy?
- Sí, pero ya es lo usual. No me gusta estar en casa, me hacen sentir inútil, una carga, no me gusta sentirme así. ¿No soy una carga para ti verdad?
- Por supuesto que no, mi amor. Lo que me temo es que aún eres menor de edad, si tus padres quisieran… Podrían meterme a la cárcel y decir que te secuestré o cosa parecida.
- Como si les importa qué sucede conmigo. A puesto a que si desaparezco, su vida sería más fácil.
- No digas eso, Hass. Eres importante en la vida de muchos. Lu te adora y me has comentado que a su madre le caes muy bien.
- Es que esa señora es un amor, hasta me dice “Hijito” Y no “Nenita” como mi mamá.
- Tu mamá tiene el cerebro atrofiado.
- Jajajaja eso sí.  
- Amor…
- ¿Qué pasa bebé?
- ¿Verdad que estaremos juntos para siempre?
- ¿Seguimos de inseguros hoy? Para siempre, mi pequeño. –El mayor alzó una de sus manos para acariciar suavemente el rostro de Hassel-
- Es que a veces me da miedo perderte. ¿Qué tal si te llega a gustar otro niño? o una niña, con eso de que se te da lo macho a veces.
- ¿Lo macho? Jajajaja no seas bobo. ¿Crees que cambiaría todo lo que vivimos por algo pasajero? ¿Te acuerdas cómo nos conocimos?
- Sí que sí, yo era un ratón de biblioteca y tú eras otro ratoncito. Me acuerdo que en secreto te miraba, y cuando decidías sacar un libro… Yo también lo pedía. Algunos me gustaban, otros no, pero los leía porque no me agrada dejar nada inconcluso. Uno de esos tantos días…
- Uno de esos tantos días decidí averiguar por qué es que siempre te encontraba mirándome y porqué es que en cada listado de los libros que había leído… Estaba tu nombre. Debo reconocer que me resultaba extraño, hasta un poco perturbador, te cogí del brazo y te hice la pregunta directamente, tus mejillas ardían, y sólo gritaste “Me gustas” y saliste corriendo.
- Corrí muy muy rápido, estaba avergonzado, ni siquiera había pensado en qué decirte y aquellas dos palabras salieron impulsivamente de mis labios, huí de ti, tú por supuesto no me seguiste. ¿Qué pensabas en ése instante?
- Que era la primera declaración que me habían hecho, bueno, ya sabes, un chico, me sentía extraño, hasta ése entonces pensaba que me gustaban las mujeres. Esa noche soñé contigo, por muy loco que suene, te soñé gritándome de nuevo aquél “Me gustas”; al día siguiente, como siempre, te vi en la biblioteca, ya no me mirabas, decidí acercarme a ti y aquellos colores volvieron a tu rostro. Algo tenías, no sé qué, pero era tu forma delicada de ser, tus rasgos, algo en ti me impulsaba a besarte, a querer conocer más de ti. Eso me daba miedo ¿Por qué me estaba empezando a gustar un chico?
- Vi en tu mirada algo de confusión, no supe definirla y sólo atiné a ladear mi rostro en signo de interrogante, me miraste y me apoyaste en uno de los estantes de libros, me besaste, un beso suave y lento, me acuerdo perfectamente; tardé, pero correspondí, era mi primer beso y mi primer beso lo estaba compartiendo contigo, tú cerraste los ojos y yo cerré los míos, estuvimos así hasta que nos hizo falta aire, te separaste, me miraste y me dijiste “Lo siento” En ése entonces no sabía si aquél lo siento era de “No debí besarte, fue un error” o fue un “Lo siento, no me resistí”
- Lo cierto es que ése beso hizo que mi corazón latiera muy fuerte, y sentí más, mucho más de lo que alguna vez sentí besando a una niña. Tenía muchas cosas que arreglar en mi cabeza y …
- Y dijiste “Adiós ¿Hassel?” Como si confirmaras que ése era mi nombre, asentí, muy a pesar de que no quería que te marcharas, de que me dejaste con ganas de volver a besarte. Los días siguientes ya no te vi en la biblioteca, entonces pensé que todo había acabado sin haber empezado realmente. Al 5to día, yo iba saliendo después de recoger unos libros.
- Libros que te llegaban por encima de la cabeza, yo iba distraído y tropecé contigo, te ayudé a recogerlos sin saber que eras tú, nuevamente me puse nervioso al verte cuando te los entregaba, tu rostro también fue de sorpresa. Te mordiste el labio inferior e intentaste salir huyendo, entonces grité tu nombre, y te detuviste en seco, la señora bibliotecaria me riñó y reíste, por primera vez vi tu sonrisa, era hermosa, cada vez me convencía más de que me gustabas, más de lo que lo hacía el sexo opuesto. Me ofrecí acompañarte a casa, de paso que te ayudaba con tu ruma de libros.
- Accedí, no podía negarme, había extrañado verte aquellos días, tu compañía en definitiva me iba hacer bien. Caminamos y caminamos, no recuerdo de qué hablábamos pero nos reíamos mucho, creo que pensabas que era bobo, no tengo idea, pero reías mucho y me gustaba verte hacerlo. Después de cómo 20 minutos llegamos a mi casa, te ofrecí pasar, gracias a Dios mi madre no estaba.
-Entonces entré y conocí tu habitación, estaba un poco desordenado todo, con libros por aquí, por allá, te pusiste a recogerlos y los ordenaste como de rayo en el estante, me ofreciste sentar en la cama, lo hice y te quedé mirando, tú también me mirabas. Palmeé a mi costado y te viniste a sentar conmigo, podía notar que estabas nervioso, yo también lo estaba pero siempre has sido más transparente que yo en ésos momentos.
- Luego no sé cómo pasó pero te encontrabas muy cerca a mis labios, posicionando una de tus manos en mi nuca, mi corazón se aceleró a mil por hora, me volviste a besar y yo volví a probar nuevamente de tus labios. Muy a pesar de no haberte visto en días, pude casi adivinar lo que significaba aquél beso, cuando te separaste, volví a besarte y me correspondiste; luego me saliste con el que te tenías que ir, entonces no me resistí y te pregunté si te volvería a ver.
- Sé que dudé un poco al responderte aquél día, seguía nervioso, no sabía exactamente lo que andaba haciendo, sólo sabía que andar contigo me gustaba, me resultaba divertido y me sentía cómodo. Te dije que sí, que te buscaría al día siguiente.
- Y por cierto, no lo hiciste. Fueron a los dos días que te vi aparecer en mi puerta, estaba molesto, pensé que era un simple juego para ti y que venías a mí cada vez que necesitabas o se te daba la gana. No hace falta mencionar que apenas te vi, ni te presté atención, sólo abrí la puerta y caminé a mi habitación, te encargaste de cerrar la puerta principal y me seguiste; escuché de tus labios mi nombre, en tu boca todo era bonito, pero debía hacerme el fuerte.
-Andabas de espalda y me acerqué a ti, puse un ramo de flores en frente tuyo con una pequeña caja de chocolate mientras te abrazaba; tomaste aquello y lo pusiste en tu cama, al voltear a verme tus ojos se habían cristalizado, diste un brinco y yo te tomé de la cintura, tú enredaste tus piernas a mis caderas y comenzamos a besarnos. Que fueras más chaparrito que yo, siempre me gustó.
-Me abrazaste muy fuerte, después de aquél beso vinieron muchos, muchos más. Después de aquél día ya no huiste de mí, ni de tus sentimientos, yo acepté los míos y empezamos nuestra loca historia de amor.
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-Mau… ¿Ya te dormiste?
-No, esta cama es dura cual piedra.
- Jajajaja, pagarás por todos tus pecados.
-Sí, creo que podré pecar hasta el 2030
- No abuses. Oye…
- ¿Si?
- Cuéntame un cuento
- ¿Un cuento? No sé de eso.
- Entonces invéntate uno ¿Puedes?
- Con un trato
- ¿Cuál trato?
- Déjame dormir en la cama, no te haré nada, además es bien pinche grande.
- Está bien, está bien, el señor de la cama King size no puede dormir en un colchón simple porque se le malogra la espalda –Dijo con ironía, haciéndose un lado para darle campo- Y bien, mi cuento.
- Era una vez tres cerditos…
- No, esa ya me la sé, otra.
- Había una niña muy dulce en el poblado, una que siempre llevaba una capa rojiza.
- También me la sé, otra.
- De verdad que eres imposible a veces. Entonces no sé.
- Busca en internet, quiero un cuento  ¿Si?
- Y luego yo soy caprichoso, vale vale –El muchacho tomó su celular y comenzó a buscar historias- Ya aquí hay una. –Se aclaró la garganta un antes de empezar-
- Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este se explicó diciendo:
- Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro.
El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante.
Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola presencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente "La princesa de fuego".
Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días.

-Soltando un pequeño bostezo después de su narración, Lu le otorgó un corto dulce beso en la mejilla- Gracias por todo, Mau.

-A la mañana siguiente, el incómodo despertador comenzó a sonar, lentamente abrió sus ojos y se encontró con el muchacho debajo de ella, quién sabe cómo, pero su cabeza había terminado en el pecho de aquél y una de sus manos abrazando su complexión. Delicadamente comenzó a apartarse, no quería despertarlo, aunque muy a pesar del ruido aquél tipo parecía yacer muy cómodamente en los brazos de Morfeo. – Vaya que tienes el sueño pesado, aún más que el mío, quién lo diría. –Dijo pensando en voz alta, a los segundos llegaba la madre del muchacho y tocaba la puerta- ¿Se puede?-Consultó la mujer- Claro, adelante. –Respondió Lu, la dama llevaba la ropa suya, anunciando que ya estaba limpia y seca- Muchas gracias por todas las atenciones que tuvo conmigo, Mauricio tiene una gran mamá. –Atinó a comentar – A ver si eso le dices a él, que me haga caso. Hija, ya salió el sol ¿Quieres que te llame un taxi? El señorito dormilón suele despertarse bien tarde.

-Ya estoy despierto –Dijo un muy somnoliento Mauricio- Yo la…
-¿Se durmió de nuevo?
- Sí, ése muchacho no tiene arreglo ¿A qué hora entras a la universidad?
- En un par de horas, hoy empiezo a las 9. Sería mejor ir en Taxi y dejar descansar a Mau.
- Ya te pido el taxi, cariño. Despídete de él.
- Chau Mau –Dijo la muchacha dispuesta a salir por la puerta-
- ¿Chau Mau? ¿Eso es todo? –Cuestionó la madre del muchacho-
- Cierto, soy su novia. –Susurró por lo bajo-
- ¿Qué?
- No, nada Sra. Michelle.
-Se acercó a Mauricio y depositó un pequeño beso sobre sus labios- Nos vemos luego, mi amor. –Añadió lo suficientemente creíble-
-En serio son muy bonitos juntos.  Bien, vamos Lu, te cambias en mi cuarto mientras llega el taxi.



miércoles, 8 de abril de 2015

Capítulo 17: Su voz...

-Lu Apenas tardó unos segundos en reaccionar y tratar de levantarse, digo tratar porque apenas el muchacho se dio cuenta de sus intenciones, corrió sus labios para que coincidieran perfectamente con los de ella, con una mano posada en la nuca delicadamente y la otra en su pequeña cintura,  profundizó a un ritmo entre suave y violento aquél roce de labios. La chica trataba de safarse del agarre, pero el niño aquél era mucho más fuerte que ella, usando una de las más antiguas tácticas, su rodilla viajó hasta la entrepierna de éste, dándole un golpe certero y seguramente doloroso, ni medio microsegundo pasó que el contrario la soltaba dejándola libre, pronto se reincorporó, sentándose al costado de un muy adolorido Mauricio-
+ Te dije que hace mucho no intentaba darle en las bolas a mi “Cita”  No intentes pasarte de listo.
+ Hey, bonita. –Dijo Mauricio agarrándose aún aquella zona con ambas manos, tratando de reincorporarse y sentarse - Lo siento, es solo que… Me dejé llevar. Perdón ¿Si? Prometo no volver a besarte.  –Agregaba apenado -No sin tu consentimiento –Escuchó Lu que susurraba por lo bajo después de aquello último-
+ No me confundas, Mauricio. Yo no soy como las niñas aquellas que traías a tu casa y podían darte lo que fuere con sólo pedirlo. Si piensas que me voy a derretir con tu cara de “Niño bonito” y vas a conseguir algo de mí de ésta manera, estás muy equivocado.
+Princesa, no es eso.
+ No me digas princesa, así me solía llamar él.
+ Yo no soy  él, Lu. –Agregaba un poco molesto- Mírame –Dijo atrayendo su mirada tras poner una mano sobre la quijada de la ajena y hacer que sus ojos se posaran en él- No sé quién es el tipo, no me interesa saber quién es ése tipo, no quiero información de lo que hiciste o no con aquél sujeto, solo quiero que quede en claro que yo no soy él, que no te voy a lastimar, que no voy hacer algo que te hiera, que sí, quizás haya sido un gilipollas ardido al intentar besarte de ésa manera, sí, me equivoqué, pero no recuerdes sus acciones conmigo porque soy una persona totalmente diferente. Lulu, enserio, dime que no sentiste nada con aquél beso, dime que no sentiste lo que yo, dímelo porque a mi… Me puso el mundo de cabeza.
+ -La mirada penetrante de Mauricio era quizás una de sus más fuertes armas ¿Habría alguna persona en su sano juicio que pudiera ignorar aquellos ojos color miel? Su corazón latía a mil hora, pero no sabía si era por la adrenalina del momento, por el beso que ambos habían compartido o por el sentimiento de culpa que en esos instantes la estaban matando. Había besado a alguien más, había probado el sabor de unos labios completamente diferentes a los de Eduardo, era aún demasiado pronto para pensar en alguien diferente a él, a su chico de rulos y cabellos oscuros- Joder, yo no lo sé Mau, lo siento, está bien, no voy a volver a comparar ninguna de tus acciones con las que Eduardo pudo tener conmigo pero… Todo esto… Nosotros… Esto no…
+Vale bonita, no necesito que digas más. –Dijo soltando un suspiro y levantándose del pasto, tendiéndole una mano para que se levantará, le ayudó a ponerse de pie nuevamente-
+Pero no estés así conmigo, Mau. No te quiero serio, tú no eres así.
+ Y ¿Cómo es que debo ser?
+ El Mauricio de siempre, el que no se ofende ante mis palabras e insultos, ése Mauricio.
+ Lo mejor será que te regrese a casa, ya está oscureciendo. –Se dio la vuelta para tomar las riendas del caballo y regresar de nuevo por el lugar donde vinieron-
+ ¡MAURICIO! –Gritó corriendo hacia él, abrazándolo suavemente por la espalda, aquél paró en seco sin decir una sola palabra-
+ No actúes así, te lo pido. Ah, demonios, es que no hago nada bien últimamente. Me voy a ir por mi cuenta, no tienes que llevarme, solo… Lo siento ¿Vale? Fue lindo haberte conocido y gracias por el día y por el fraps y bueno, por todo–Dijo soltándolo segundos más tarde, Dio unos cuantos pasos más hacia adelante, decidida a salir lo más rápido posible de allí pero una mano sujetando a  su muñeca y un movimiento rápido la hizo verse entre sus brazos, recostada sobre su pecho-
Sé que quizás es demasiado pronto, pero no voy a renunciar a ti.-Pronunció con todas sus letras, lo suficientemente fuerte y claro.- Te quiero Lu, y posiblemente pienses que estoy loco por querer a alguien que conozco de hace apenas dos días, pero lo hago, te quiero. –Insistió soltando un suspiro de alivio, como si aquellas oraciones lo hubieran liberado. Tomándola de los hombros sutilmente, la volvió alejar, sólo para plantarle un beso en la frente- 
+ Mauricio yo…
+ Tú nada,  solo hagamos de cuenta que seguimos en nuestra “Salida de amigos” como prefieres llamarle, dejemos el tema ¿Está bien?
-Asintió a lo que el muchacho le decía, de nuevo aquellos ojos estaban jugándole una mala pasada. No supo en qué momento fue que aquél día se puso tan negro, pero unas nubes negras gobernaban el cielo y la lluvia empezó a caer incesante con un conjunto de truenos, rayos y centellas, corrieron hasta el establo a gran velocidad, dejaron a “Rayo ” en su espacio y regresaron al interior de la casa-
+ Estás empapada –Dijo la madre del muchacho al verlos entrar escurriendo agua-  Oh cariño, ven conmigo, te prestaré algo, te vas a enfermar.
+ Yo también estoy empapado mamá –Comentó Mauricio en espera de un poco de atención-
+ Si hijo, ve y sécate – Añadió cortamente la mujer y se  llevó a Lu ella hasta su habitación, prestándole unas toallas para que pudiera secarse- No debe molestarse –Insistió la muchacha- ¿Sabes lo que tu madre dirá si mi bebé no te cuida? Oh no no, no quiero llevarme mal con ella. –La mujer sacó de su armario un par de prendas, aquella dama era de su contextura así que aquél conjunto le había quedado bien. Una vez que aquella se hubiera retirado a extender las prendas para que se secaran… Mauricio tocó la puerta de la habitación –
+ ¿Se puede?
+ No, estoy desnuda -Bromeó-
+ Uh, entonces sí se puede.
+ Tarado
+Bella
+ Anormal
+Preciosa
+ No empecemos. Pasa, ya estoy cambiada.
+ Adivina qué dice el pronóstico del tiempo.
+ Que tienes agua en el cerebro.
+ Tu amor sigue matándome, me enamoras. No linda, dice que la tormenta se extenderá toda la noche y que los caminos están completamente cerrados ¿Qué te parece?
+ ¿Qué me parece? ¡Que mi mamá no me va poner en su testamento si no llego a casa!
+ ¿Y si mi madre la llama?  Uno no controla el clima –Dijo con una sonrisa-
+ Si no supiera que el clima es incontrolable, diría que lo planeaste. Y ya quita esa sonrisita de tu cara. Puede ser, entre adultos se comprenden.
+ Entonces yo me encargo, oye, si quieres vas a mi cuarto, ponte a ver tele o cualquier cosa que  hagan las chicas.  Voy hablar con mamá, el número de tu madre ¿Me lo das? Ah,  mi cuarto es el del pasillo de al fondo, digo, por si quiere ir.
-La muchacha le dictó el número de su madre y se fue caminando por el pasillo hasta la última habitación, entro de a pocos, como si estuviera a punto de descubrir algo nuevo, estaba pisando terreno desconocido y no tenía la menor idea de cómo era Mauricio, pensaba encontrar un desastre de cuarto con un montón de cosas encima de la cama, grupos rockeros pegados en las paredes o cosas por el estilo, de nuevo, andaba equivocada, por muy raro que fuere… Su habitación se encontraba incólume, tenía una pequeña librería, la cama bien extendida y su escritorio completamente organizado, uno que otro cuadro de cuando era chiquito y las paredes de un color celeste con blanco, un par de sillones, una consola y un enorme televisor empotrado en la pared- Joder, tenía que andar en la privada. –Caminó hasta el conjunto de libros y fue revisando los nombres de los autores- Gabriel García Marquez, Ciro Alegría, Mario Vargas Llosa, Poesías autores anónimos, poesías autores anónimos segunda, tercera, cuarta, quinta edición. ¿Es enserio, Mauricio gusta de la poesía? –Estaba a punto de tomar un cuaderno forrado que resaltaba de todo aquél conjunto de libros cuando éste irrumpió en el cuarto-
+ No toques ése cuaderno
+ ¿Qué tienes allí? Chico misterio
+ Nada importante –Negó inmediatamente y cambió tema-  Tu mamá dice que no hay problema, que no seas una carga y que regreses temprano, apenas la tormenta haya pasado por la mañana.
+ ¿Enserio? ¿No armó aspavientos o vociferó algo más?
+ No, la dejé platicando con mi madre de no sé qué.
+ ¿Mi mamá anda platicando con tu madre?
+ Eso es lo que dije ¿Andas sorda? El agua de la lluvia se te metió a los oídos o qué.
+ Pesado.
+ Perdone su alteza.
+ Yaaaa, párala. Entonces… ¿Te gusta la poesía?
+ Sí, algo.
+ Y entonces en aquél libro que no me dejas ver ¿Andan tus creaciones?
+ ¿Qué? ¡No! ¡Qué es lo que viste mujer!
+ Entonces si escribes poemas, qué tierno el niño. –Dijo tomando con ambas manos sus mejillas y jalándolas de forma divertida-
+ Yaaaa, párala tú.
+ Eres toda una cajita de pandora, es lindo que a un chico le guste la poesía, pensé que de esos ya no existían.
+ Pues aquí me tienes baby.
+ Mi amigo el poeta.
+ No me mandes a la friend zone. Mejor no me etiquetes como tu nada, cuando sea tu novio… Pues ésa etiqueta si la quiero.
+ Como quieras, pero dudo que pase.
+ Y porqué no?-Consultó con una ceja alzada, avanzando más hacia ella, obligándola claramente a retroceder hasta chocar con una pared-
+ P-Por que... –Lu del Alcazar titubeando ¿Qué andaba pasando? Ahí estaba de nuevo, su corazón latiendo a todo furor-
+ Porque…  -Preguntó aproximando su rostro al de aquella, muy, muy cerca de sus labios-
+ Vamos a ver televisión –Se escabulló por debajo y  se tiró en la cama, prendiendo aquél aparato con el control remoto que andaba en el velador. Al encenderlo estaba en un canal bastante “Sugerente” por llamarlo así- Eres un cerdo.
+ Momento incómodo, quita eso. –Tomó el control acostándose a su lado y rápidamente cambio de programación. –
+Marrano
+ Ni que nunca hubieras visto un programa de esos
+ Puerco
+ Oh vamos.
+ Cochino
+ Oing Oing –Dijo con gracia-
+ ¿Qué quieres ver? –Consultó tomando de nuevo el mando de aquél televisor, le daba zapping puesto que no encontraba nada que sea de su agrado.-
+ En la tele nunca hay nada bueno, veamos una película en la laptop.
+ Va, pero primero deja traigo mi bolso, lo dejé en el cuarto de tu madre y necesito mi celular.
+ Te lo traigo, la laptop está en el escritorio, ve buscando algo.
+ Vale
-El muchacho se fue hasta la habitación de su madre, trajo consigo el bolso de Lu, iba a medio camino cuando comenzó a sonar, Sacó el celular de la cartera y en el remitente decía “Sandra”- Uy, una chica.
- ¿Aloh?
- Perdón, creo que me confundí, debo haber marcado mal el número –Dijo Sandra al no reconocer la voz de su mejor amiga-
- Marcaste bien, espera, ya te la paso.
- Uhm… ¿Quién eres tú?
- Un conocido de Lu. Oye Lu, es tu amiga, Sandra –Dijo pasándole el teléfono, ésta lo cogió y sonrió al escuchar la voz de aquella-
- Amante ¿Qué sucede?
- ¿Con quién coño andas? ¡Me estás engañando!
- Ah, él, jaja,  es Mauricio, un chico que conocí en una disco.
- Ya se te va haciendo costumbre ¿No? Amiga mía.
- Jajajaja cállate, no es lo que piensas,  sólo somos a… -Miró a Mau quien le sostenía la mirada fijamente como diciendo “No digas esa palabra”- Conocidos. Pero qué pasó ¿Tú con saldo y llamándome? Pasa algo demasiado bueno o algo jodidamente malo
- Bueno es que te quería contar sobre alguien y así.
- ¿Alguien? ¿Qué Alguien? ¿Quién Alguien? No me digas que Keylee de nuevo porque te juro que te rebano las chichis.
- No, no es ella, es otra chica, su nombre es Priscila y… Espera, te vuelvo a llamar, mi mamá está llamándome.
-Vale, ve, me llamas luego.
-En la cara de Mauricio había una gran interrogante - ¿Keylee? ¿Qué clase de varón con dignidad se deja ése nombre? –Replicó éste-
+ Es que no es un varón.
+ Entonces ella… Oh. –Hizo una cara de sorpresa, como su hubiera comprendido el asunto. –
+Elemental mi querido Mauricio, a ella le gustan las niñas.
+ Y tú…
+ No no, yo soy un macho para ella.
+ Entiendo. Muéstrame fotos –Dijo robándole el celular y buscando información de aquella chica a través del fb, Lu se le abalanzó para quitarle el celular y ahí andaban los dos, forcejeando para ver quién tenía el control, cuando Lu al fin logró tomar aquél aparato entre sus manos… La pantalla decía “Todos los contactos han sido eliminados”-
+Oye… Mira lo que hiciste, me has dejado sin contactos cabrón.
+A puesto a que sólo hablabas con 3 de ellos, Lu.
+Sí, pero igual,  ah, pesado que eres. 
+Así me vas amar, preciosa.
+ Seee seee, como no. Oye ¿Dónde está tu baño?
+ La puerta al frente de mi cuarto
+ Va, si Sandra llama… Le contestas y entretienes un rato, ya regreso.
-Lu salió con dirección al baño, le había dado ganas de cubrir unas cuantas de sus necesidades biológicas.-
+Película mala, película mala, no, no, bah, no… Ésta, ésta puede ser. –Dejó cargando una película de terror y a los segundos el celular sonaba-
+ ¿Sandra? Lu anda en el baño, ya regresa
+ ¿Quién mierda eres tú? –No, en definitiva ésa no era la voz de Sandra-
+ ¿Quién soy yo? ¿Quién carajo eres tú para hablarme así?
+ Soy Eduardo, enamorado de Lu.
+ Ex enamorado –Corrigió Mauricio-
+ Dónde está Lu y quién eres tú –Dijo el chico con el tono de voz bastante alterado-
+ Mauricio, Lu está en mi baño arreglándose un poco campeón.
-Lo siguiente en oírse fue el que creía era el claro impacto de un celular contra el suelo, sonrió con malicia, el angelito al lado derecho de su hombro negaba en signo de reprobación mientras que el diablillo al lado izquierdo le indicaba que había hecho un buen trabajo. Lo siguiente fue borrar la última llamada ya que estaba seguro de que Lu sabía perfectamente su número de memoria-
+ ¿Llamó?
+  ¿Qué? ¿Ah? No no.
+ ¿Por qué andas nervioso?
+ No es nada, linda. Mira, encontré una película perfecta para ver –Le mostró la pantalla de laptop y  Lu se acomodó a su lado-
+ Se ve interesante, me encantan las de terror.
+ ¿Entonces no te asustarás y correrás a mis brazos?
+ Ni en tus mejores sueños, cariño.
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-Mamá, ya regreso. –Anunciaba Hassel con aquella voz cantarina y viva de siempre-
- Ya te dije niño, haz lo que quieras –Replicaba su madre-
-Las palabras de aquella mujer ya no causaban efecto en él, ya hasta los insultos le sabían a cariños cuando se trataba de ella. El muchacho salió de la casa corriendo directamente hacia los brazos de su amado Bastian.-
- Amooooooooooor –Gritó desde que cerró la puerta hasta verse colgado en él como un perfecto chimpancé-
+ ¿Cómo está el chico más lindo del mundo? –Cuestionaba Bastian con voz varonil y el porte serio que lo caracterizaba-
+Mejor ahora que estás aquí. ¿Qué vamos hacer hoy, uhm?
+Lo que tú quieras, amor. Hoy estoy a tu disposición.
+Vamos a bailar y nos tomamos alguito, ése día Lu no me dejó tomar ni un simple coctel
+ Ésa chica me agrada, te cuida mucho, como si fueras su hermano, yo tampoco te hubiera dejado tomar, eres muy pequeño aún.
+ Oh vamos, ya voy a terminar el colegio.
+ Lo sé, pero hasta ahora no cumples la mayoría de edad, señorito.
+Aguafiestas –Dijo haciendo un adorable pucherito-
+No me pongas esa carita, sabes que no puedo.
+Si podré tomar un par de cocteles? –Consultó poniendo carita de perrito a medio morir-
+ Ah Hassel, bueno, pero sólo un par, luego nos la pasamos bailando ¿Entendido?.
+ Lo que tú digas –Plantó un beso en los labios del mayor al ver cumplido su cometido, se bajó de él y tomó su mano empezando a caminar de su lado- Amor ¿Me ves en tu futuro?
+ ¿Esa pregunta?
+ ¿Me ves?
+ Sabes que es así. Te amo, y te amo mucho ¿No te lo he demostrado acaso?
+ A veces, muy poquito.
+ ¿Muy poquito? ¿Qué debo hacer para que tu confianza aumente?
+ No lo sé ¿Qué se te ocurre?
-Bastian se detuvo en seco y lo jaló del brazo, lo alzó de la cintura liberando sus pies del suelo, sí, se encontraba cargándolo y uniendo sus labios a su propio ritmo, estaban en medio de la calle pero ¿Qué importa aquello? En ése preciso momento, sólo existían los dos- ¿Ya me crees? –Consultó el mismo, jugando un poco con el labio inferior y sus dientes-
+ Totalmente. Te amo, Bas.
+ Y yo te amo a ti, Hass. No te atrevas a dudar de mis sentimientos muchachito.
-Hassel balanceaba las manos de ambos de arriba hacia abajo mientras caminaba, por alguna razón tenía aquella costumbre, al llegar al local… Ambos se fueron directamente hacia la barra, estaba lleno esta vez.- Wow, cuánta gente. –El menor abrazó a Bastian posesivamente, colgándose de nuevo de él, lo mejor que podía- Que se enteren que eres mío. –Comentó celoso-
+Soy tuyo, pequeño bobo, sólo tú me interesas. Andamos de inseguros y celosos hoy ¿Verdad?
+ No no –Negó haciendo pucherito y volviendo a bajarse de su musculoso hombre- Un coctel de fresa –Se adelantó en pedir Hassel- ¿Tú mi amor?
+Yo voy a ser el cuerdo de la situación por si es que te pones mal. No quiero nada de momento, bebé.
+ Bueno, está bien, entonces me verás tomar.-Al recibir su coctel, comenzó a beber de a sorbos, estaba delicioso, dulce como le gustaba, ni 5 minutos pasaron que ya lo había terminado por completo- Barman, deme otro.
+Oye, no tan rápido.
+ Tú dijiste que podía ser un par, mi amor. –Una sonrisa inocente trató de plasmarse en el rostro travieso de aquél-
+ Solo un par, no estás acostumbrado a tomar, te vas a marear.
+ ¿Quién se marea con dos cocteles? –Al recibir el otro, sorbió nuevamente rápido de él hasta acabarlo-
+ Te he dicho que no tomes tan rápido, las bebidas dulces son las más engañosas.
+ No me riñas. Vamos a bailar ¿Si?
-Tomó a Bastian  de la mano y se lo llevó directo a la pista de baila, sus cuerpos comenzaban a moverse al ritmo de la buena música, sus cuerpos rozándose debido a la multitud marcaban cortos pasos para no atropellar al resto, Hassel con una sonrisa y mirada traviesa comenzó a pasar sus manos por debajo de la camisa de Bastian, había tanta gente y todos andaban tan en su mundo… Que nadie se daba cuenta de nada – Quita esa mano de allí, chaparro. –La voz de Bastian se hizo oír- Luego no me voy a poner contener -Agregó- ¿Y quién quiere que te contengas?-Dijo Hassel haciéndole cejitas. Bastian rió, a pesar de que era poco lo que reía o sonreía… Tenía una sonrisa bastante bonita, entre lo dulce y lo pícaro. Sus manos se guiaron hasta la nuca del pequeño y volvió a juntar sus labios en un beso mucho más pasional, uno profundo e intenso, su lengua irrumpió en la cavidad ajena y comenzaba a jugar con la del más chico, sus manos también habían decidido ser partícipes en el juego y tocaban los contornos del cuerpo adverso- Hassel…-Susurró separándose por la falta de aire- Te amo. –El muchacho dejó besitos más cortos y consecutivos sobre los labios de su hombre- Te amo Bastian, te amo un montón.
- Oye mi amor, no quiero arruinar nuestro momento romántico pero quiero hacer pis –Su carita mostraba urgencia-
+Ve al baño bobito, voy a pagar los tragos que consumiste, en minutos te alcanzo para seguir bailando. –Hassel corrió como si su vida dependiera de ello y Bastian se fue por su lado, al entrar en los cubículos pudo deshacerse de todo el fluido inorgánico ubicado en la zona de la vejiga, el orín, para ser concretos y no tan finos. Iba saliendo del baño cuando un tipo a la fuerza lo llevó contra una de las paredes y comenzó a besarlo mientras que sus manos acariciaban su cuerpo, ésos no eran los besos de Bastian y mucho menos su toque, ése no era él- Su-el-ta-me!!! –Exclamó apenas pues el tipo no le dejaba escapatoria y Hassel luchaba con todas sus fuerzas para liberarse, lágrimas repentinas brotaban de los ojos de éste al verse forcejeado y manipulado por otro hombre, de pronto la fuerza encima suyo se había ido y abrió los ojos para ver aquél tipo en el suelo y Bastian propinándole una golpiza que probablemente jamás olvidaría. Un autoritario Bastian lo tomó de la muñeca y lo arrastró hasta afueras del local, estaba molesto, eso se le veía en el rostro, tomó un taxi y Hassel escuchó la dirección de la casa de éste, ambos se montaron pero su chico no le hablaba y él apenas podía vocalizar una palabra del shock en el que había caído-
+ Amor…
+ Calla Hassel, hablaremos cuando estemos en el departamento.
-Al llegar, el mayor pagó por los servicios del vehículo y llevó a Hassel hasta la recámara, estaba raro, diferente, ni un segundo pasó que éste cerraba la puerta de la habitación y comenzaba a besar violentamente al más pequeño, sacando a la fuerza la ropa que éste poseía- Bas… No –Suplicó Hassel, apenas estaba recuperándose de aquél impacto, en su interior se sentía asqueroso, sucio. Bastian ignoró totalmente sus palabras y bajó la cremallera de aquél, despojándolo de toda su ropa- Bastian, me lastimas –Hassel comenzó a llorar, los ojos del otro se abrieron como plato y detuvo sus acciones, se sentó a orillas de la cama con los codos puesto sobre las rodillas y las palmas de las manos sobre sus ojos-
+ Amorcito –Pronunció el menor con algo de miedo-
+ Perdón, perdóname Hassel, simplemente me volví loco de la idea de aquél sujeto con las manos sobre tu cuerpo, besándote así, yo… Mierda, perdón.
+ Bas, yo también estoy asustado, yo también me siento un asco en estos momentos. Amor… Te amo. –Enjugándose las lágrimas lo abrazó por atrás-
+ Primero debí preguntar por cómo estabas, no comportarme con un animal –La voz se le quebraba cada nada-
+ Gigante, sé que fue un impulso, sé que no eres así.  Bésame  ¿Si? –Pidió Hassel con los ojos de nuevo echos agua, sentía aún el sabor del otro tipo, las manos del otro tipo, quería quitarse todo aquello, quería que su novio sustituyera cada una de sus acciones.  El más alto se dio vuelta, tenía la vista empañada, lo tomó esta vez con delicadeza y fue besando sus labios de a poco, acariciando su cuerpo de forma gentil- Bastian, hazme el amor, quiero sentirme tuyo nuevamente –Pidió aquél muchachito con nerviosismo- Te quitaré el mal sabor de boca y le haré recordar a tu cuerpo el calor de mis manos –Pronunció sobre su boca en cuanto comenzaba a tocarlo, sus manos se posaron sobre su pecho, derivando una hacia sus tetillas para empezar a manipularla, sus labios se separaron de sus compañeros y atacaron dulcemente la zona del cuello, descendieron poco a poco hasta toparse con uno de los botones rosáceos del menor, sus labios succionaron su pezón y su lengua le hizo caricias agradables, la mano que atendía la contraria dejó su puesto y bajó hasta la entrepierna de su chico para estimularlo- Creo que te he dicho en éste día “Te amo” un montón de veces, pero  es que realmente lo hago. –Bastian se deshizo de sus prendas a favor de quedar en igualdad de condiciones, ambos cuerpos desnudos iban entregándose al placer que sólo la anatomía ajena podía ofrecer.-
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+ ¿Ya te vas asustar?
+ Que no, Mauricio. Por onceaba vez, ésa pinche cara no asusta ni a mis pantuflas de conejo.
+ No es divertido ver una película de terror si no te asustas.
+ No es mi culpa que la película no de miedo. Oye, ponle pause, mi celular vibra~

+ Hasta que llamas mujer  y bien… ¿Cuéntamelo todo y exagera?

+ Hasta que eres tú, que rápido se te pasó el amor que decías sentir –Su voz, no estaba pasando, joder, esa maldita voz que amaba y odiaba al mismo tiempo. Miró a Mauricio con la mirada nublada de lágrimas, aquél le hizo una seña para que no llorara, incluso se puso a inhalar y exhalar aire para que ella también lo hiciera, no le hacía falta ser adivino para darse cuenta de quién era al teléfono- 

miércoles, 1 de abril de 2015

Capítulo 16: Novia de a mentiras

-la muchacha sólo atinó a dedicarle una gentil sonrisa mientras se adelantaba para entrar al establecimiento, desde atrás escuchaba una voz diciendo “Espera, preciosa” cosa que por supuesto no la detuvo y siguió caminando hacia delante. – ¿Siempre eres así? –cuestionó el muchacho que corriendo se detenía a su lado - ¿Así como?-Replicó la misma- Ya sabes, dejas a tus “citas” con la palabra en la boca, porque si es así… Pobre del muchacho que anduvo contigo. –agregaba de inmediato sin medir el golpe de sus palabras, la siquiera palabra implícita de su ahora “ex” hacía que el corazón de la ajena se le comprimiera, y que los ojos se le hicieran agua, el adverso pudo advertir lo que venía así que se adelantó y cambió de tema rápidamente mientras la sujetaba por el brazo y la llevaba a una de las mesas que tenía el local, muy en su mundo, Lu seguía mirando un punto fijo sin prestar atención a su acompañante-
+Debo ser una pésima cita.
+ ¿Eh? –Dijo al fin-
+Me siento invisible
+Lo siento, sólo… Pensaba.
+ No preguntaré en qué porque creo saber la respuesta.
+Gracias.
+Oye, ya, estás con un chico guapo, hermoso, bello, único, e inigualable al frente tuyo, al menos mírame ¿No?
+Se te olvidó lo petulante, presumido y egocéntrico.
+ Al menos ya me prestas atención, preciosa.

-Una sonrisa inconsciente salió de los labios de la chica, por más egocéntrico que pudiera ser aquél sujeto, debía reconocer que le hacía sentir mejor, no tan sola, al menos algo positivo había salido de aquella salida con Hassel y Bastian, a los minutos llegó un muchacho para tomar la orden –
Un frapuccinno de Mocha Blanco. –Dijeron al unísono –
+Uy, tenemos gustos parecidos  preciosa.
+Deja de decirme preciosa.
+Como quieras, bombón.
+ Tampoco me digas así.
+ Está bien, cuchi cuchi.
+ Jaja ¿Qué? ¿Quién te crees? ¿Betty?
+ Si tú eres Pablo Marmol, no tengo ningún problema.
+ Gay
+ Era un chiste.
+ Tarado.
+ Lindura.
+ Baboso.
+ Belleza
-Un carrapéo los sacó de su infantil discusión- Eso es todo –Respondió Mauricio mirando al muchacho, éste asintió y salió directo a la barra para ejecutar el pedido de ambos. –
+ ¿Alguna vez tendremos una conversación sin que haya insultos de por medio?
+ No lo sé, eres bullyingneable.
+ Agradece que mi autoestima sea alta, sino, ya hubieras sido la responsable de mi aguda depresión.
+ No es para tanto, mis insultos van impresos de cariño.
-Después de unos cuantos minutos, el mismo muchacho de antes traía sus pedidos y los depositaba en la mesilla. Ambos agradecieron y empezaron a beber de aquél delicioso batido-
+¿Está bueno, no?
+ Demasiado, hace tiempo no probaba uno.
+ ¿Qué más has dejado de probar hace tiempo? –cuestionó el ajeno con una sonrisa pintoresca-
+ Pegarle un rodillazo en las bolas a mi “cita”
+ Eeeh, párale ahí, deja a mi descendencia tranquila, luego nuestros hijos no saldrán tan hermosos.
+ ¿Nuestros hijos? En tus sueños, lindo.
+ Cuento con eso. –Agregaba el muchacho con la misma sonrisa pícara de antes.-
-Después de terminar con aquello, el muchacho se paró y le ofreció la mano a la ajena para que se levantara del asiento, La misma lo miró de arriba hacia abajo y se quedó mirando su aún extendida petición.- Oh vamos, no muerdo. –Suplicó aquél, haciendo que ella sonriera y accediera a darle su mano, se levantó del asiento y caminaron hasta donde habían dejado estacionada la moticleta.- +¿Qué te gustaría hacer ahora?
+ No lo sé, lo que tú quieras, no ando con demasiada imaginación.
+ Entonces quieres ir a Mall?
+ No, al Mall no.
+ Entonces algo más rústico, vamos a un lago.
+ No, cero lagos.
+ Dale, veamos la ciudad desde el…
+ Ni siquiera lo menciones.
+ Vale, un parque de diversiones.
+ No no, pésima idea.
+ No pues, así me dejas sin opciones Lulu-
+ Al menos se te ocurrió  un apodo bonito, Lulu me gusta.
+ Voy haciendo puntos ¿Verdad?
+ Sigue soñando.
-El muchacho algo rendido soltó un suspiro, se rascaba la nuca tratando de pensar en otra cosas que pudieran hacer pero no tenía idea de qué, inconscientemente se mordía el labio inferior mientras que miraba a la nada intentando idear algo.-
+ No hagas eso. –Dijo la muchacha.-
+ ¿Hacer qué?
+ Morderte el labio de esa forma mientras posas así y esperas que no una se derrita por ti por lo adorable que te ves.-Soltó sin pensar-
+ ¿Entonces soy adorable?
+ Y/o insoportable.
+ Así me vas a querer, nena.
+ Sigue…
+ Soñando, lo sé lo sé. –Rodó los ojos de manera divertida- Oye, ya tengo idea de dónde es que vamos a ir, pero eso sí, ni que se te ocurra rechazar la idea. Ya sé, mejor no te la digo para que así no pongas objeción alguna.
+ Bueno, pero si no me gusta,  te golpearé.
+ Y si te gusta, me besarás.
+ Uhm… Trato hecho.
-El muchacho se subió primero y se colocó el casco mientras la ajena repetía procedimiento- Más te vale que te sujetes fuerte porque iremos a mucha velocidad.-Añadía el ajeno encendiendo el motor en neutro y jugando con los aceleradores para que se diera cuenta de la potencia que tenía aquél vehículo- No puedes manejar a tanta velocidad en plena ciudad, querido. Si te atrapan te pondrán una multa de padre y señor mío. –Decía la chica intentando persuadirlo- Ése es el punto, si me atrapan. –Agregaba sin más un antes de poner en primera y salir cual rayo de allí, los cabellos  de la muchacha volaban al viento, aunque gracias al casco no se le desordenaban del todo, de igual manera su prenda superior ondeaba como si fuera una hoja,  sus brazos yacían enredados completamente en la cintura del adverso, no porque quisiera, sino porque el niño aquél osaba hacer piruetas con ella montada atrás y si no se sujetaba firmemente, estaba segura de que no la contaría.- Dios. –Susurró muy a su pesar cuando el chico hacia que la motocicleta avanzara en sólo una rueda y luego caía para seguir avanzando en dos.- Sea a donde sea que estemos yendo… Espero que haya un taxi porque olvídate de que me vuelvo a montar contigo. –Agregaba con cierto pánico, si le gustaba vivir nuevas emociones pero su vida era algo que apreciaba mucho- Oh, no seas aguafiestas, mientras estés conmigo al volante, no te pasará nada. –Comentaba con confianza en cuanto se detenía en una especie de hacienda-
+ Aquí es donde nos divertiremos.
+ ¿Qué haremos?
+ Mejor pregunta qué es lo que no haremos. –Susurraba en doble sentido-
+ Eres tan… sucio. Me caes bien.
-Por su parte la muchacha se había bajado para inspeccionar el lugar, sin duda era bonito, había bastantes árboles, flores y una gran casa hecha de madera, podía ver hacia un lado unos cuantos animales de granja e incluso lo que creía que era un establo.-
+ Éste lugar es sin duda, muy bonito.
+ Lo sé, mi madre se esfuerza porque se mantenga lo más ecológico posible. Los ruidos de la ciudad le aturden y sinceramente, a mí también me estresan.
+ Joder ¿Me trajiste a tu casa?
+ Sí, mi casa es bonita, además, es el único lugar que puedo andar seguro de que no te llevaron antes.
+ Pues sí pero… ¡Qué rollo! tu mamá, papá, tu familia, yo soy una desconocida.
+ Ni te apenes, no es la primera vez que traigo alguien a casa.
+ Tan mujeriego el niño.
+ Me refería a mis amigos. –Agregaba en defensa entrecerrando los ojos-
-Hijo mío al fin estas en casa –Salía la madre del muchacho con una sonrisa de oreja a oreja, sonrisa que de inmediato se le quitó al ver a la chica de alado- ¿Quién es? –Consultó con seriedad mientras la inspeccionaba de arriba hacia abajo.-
+ Lu del Alcazar, señora, amiga de Mauricio. –Dijo de inmediato para que la adversa no se hiciera ideas  extrañas en la cabeza.-
+ ¿Amiga? Ja! Mamá, ella es mi novia y futura esposa. –Agregaba el otro sin pena, haciendo inmediatamente que Lu volteara en su dirección. Si las miradas matasen, estaba segura de que aquél chico ya no existiría.-
-Entonces eres la novia de mi bebé. –Dijo la señora con una sonrisa bastante amplia, de pronto era la dama más encantadora del mundo- Ay cariño, es que éste muchacho me trae cada “Amiguita” a la casa, que andan por aquí tratando de trepársele encima y además no se miden cuando andan en hogar ajeno. Cómo ha cambiado la juventud hoy en día. –Agregaba negando con clara molestia.- En fin, pasen pasen. –Decía la mujer invitándoles a caminar hacia la acogedora casa, Lu había querido explicar el malentendido pero la madre de aquél había dicho tanto y en tan corto tiempo que la había dejado media mareada, después de procesar toda la información, le echó un vistazo a Mauricio-
+ ¿No que no eran chicas? –Cuestionó en susurro, a lo que él sólo atinó a encogerse de hombros- Y no soy tu novia. –Decía mirándole acusadoramente-
+ Todavía no, pero ya pronto.
+ Tienes mucha confianza ¿Eh? Luego se te pasará el capricho.
+ No eres sólo un capricho.
+ Una chica a la que sólo has visto una vez y no tienes idea de cómo es, a la que sólo invitas por quién sabe qué, es un capricho.
+ Corrección, dos veces.
-Soltó un pequeño suspiro dándose por vencida, justo en ése momento fue que la mamá del muchacho entraba con un bowl de galletas recién horneadas y dos vasos de leche - Por favor, siéntense. –Dijo con una sutil sonrisa, Mauricio abrió paso para la chica y ésta se encaminó hacia los sillones de la pequeña sala de estar. –
+ Soy Michelle, es un placer conocerte, Lu.
+ El placer es todo mío, señora.
+ Entonces… ¿Cuánto tiempo llevan saliendo? –Cuestionaba con claro interés-
+ La verdad es que llevamos…
-Que llevamos 3 meses saliendo juntos, ella es una mujer maravillosa–Agregaba Mauricio con total normalidad, a lo que la chica boquiabierta se le quedaba mirando anonadada-
+ 3 meses, eso es mucho tiempo. ¿Cómo es que antes no había sabido de ti?
+ Será porque a su hijo lo conozco apenas hace dos días –Pensaba internamente- Supongo que Mauricio no quería presentarle cualquier chica, es decir, a alguien con la que apenas llevara un par de semanas.
-Ahora era Mauricio quien había quedado boquiabierto, si iban a jugar, al menos el juego debía ser entretenido ¿Qué podría salir mal?- Exacto, quería conocer mejor a Lu antes de presentártela, mamá. –El chico le guiñó coquetamente a su compañera y se acomodó a su lado para tomar de una de sus manos-
+ No te pases –Dijo Lu en un susurro apenas audible en cuanto tomaba una galleta con su mano desocupada-
- Eres mi novia de hace tres meses, silencio. –Agregó en el mismo tono-
+ ¿Qué tanto cuchichean?-Preguntó la dama-
-Nada malo, madre. Sólo le decía que quizás después podríamos salir a pasear en los caballos.
+ Eso sería una estupenda idea, apuesto a que te gustará, Mauricio es un gran jinete. Lu ¿Qué estudias?
+ Bien… Estoy estudiando Turismo y hotelería en la Nacional.
+ Vaya, una chica inteligente. Tengo entendido que es bastante complicado entrar allí.
+ No lo es tanto, no lo sé, sólo debes tener determinación y poner un poco de tu parte para acumular un buen puntaje.
+ Coloqué a  mi bebé en la privada porque sé lo flojo que es.
-Mamáaaaaa –Exclamó el ajeno-
+ Oh pero eso no tiene nada que ver, me refiero a que la universidad no hace al Alumno, sino el Alumno a la universidad, la nacional no tendría prestigio de no ser por los puestos que sus estudiantes consiguen en las grandes empresas, incluso hay chicos de la universidad de Mauricio que están ocupando altos cargos también.
+Linda, inteligente y buena oradora.
-Yo también soy lindo y hermoso, y precioso y encantador y…
+ Y egocéntrico-Concluyeron ambas mujeres, riendo segundos más tarde-
-Así no se puede. –Bufó el niño rodando los ojos-
+ Ya, cariño, no te enojes. –Dijo Lu acariciando una de sus mejillas y besando la misma-
+ Hacen una hermosa pareja –Concluyó su madre mirando emocionada la escena, al parecer, no era la única llena de emoción puesto que el chico se había puesto rojo cual tomate tras aquella muestra de cariño.- Debes traerlo loco porque es la primera vez que veo que se sonroja tanto ante un simple beso.
-¡Mamáaaaaa!
+Bueno bueno, los dejo solos, tengo que ir a lavar los trastes y luego planchar las camisas de mis muchachos.
+ Hasta luego Sra. Michelle, fue un placer conocerla.
+ Lo mismo digo, Cariño. Bebé, pórtate bien~
.-.-.-.-.- .-.-.-.-.- .-.-.-.-.- .-.-.-.-.- .-.-.-.-.- .-.-.-.-.-
+¿Escuchaste Bebé?  pórtate bien.
-Yaaaaah, para el sarcasmo.
+Me la debes ¿Cómo es eso de que llevamos tres meses?
+Bueno, es una mentirilla inocente, mamá suele ser muy intensa cuando son chicas que apenas conozco, cree que todas me quieren en la cama.
+ ¿No será al revés?
+ No, bueno, a veces, cuando era más chiquillo, pero ya cambié.
+ Mjúm, cuéntame otra de vaqueros.
+ Es enserio.
+ En fin, entonces… ¿Ahora soy tu “cariño”?
+ Baaah, yo sólo te seguía el juego.
+ Entonces sigamos el juego hasta que te vayas de casa
+ Y eso quiere decir que…
+ Que pretendas ser mi novia hasta que salgamos de la hacienda.
+ Y yo qué gano?
+ Hacer a un muchacho muy feliz.
+ Jajajaja, si serás bobo. Está bien, pero no te besaré~
+¿Puedo tomar de tu mano?
+ Uhm… Claro.
-La sonrisa entre sincera y dulce que poseía el muchacho al cogerla de la mano la había dejado algo confundida ¿Por qué Eduardo no sonreía así cuando la tomaba de la mano? ¿Por qué no había conocido nunca a sus padres? ¿Cómo es que no sabía ni el nombre de su padre o madre?-
+ ¿Hola?¿Lu? ¿Nos vamos?
+ Me fui por un momento, sí, vamos.
-El chico la guió por la hacienda hasta el establo, al entrar, le hizo una seña para que lo siguiera, habían tres caballos; uno que apenas era una cría, era pequeño con machas cafes y pelaje blanco, el segundo era uno de color negro azabache, con una mirada bastante profunda ; la última, la última era una preciosa yegua de color blanco entero con un pelaje precioso –
+Vaya que son hermosos ¿Cómo se llaman?
+ El de color negro se llama “Rayo” tiene una impresionante velocidad a pesar de ya tener sus años encima, la blanquita, ella es “Claro de Luna” le decimos “Luna” y el pequeño potro… Pues aún no le hemos puesto nombre ¿Te gustaría bautizarlo?
+ ¿Yo? Oh no, es tu caballo, además, no soy quién.
+ Claro que sí, eres mi novia. Al menos hasta que salgas de la hacienda.
+ Bien... Entonces quiero la mitad de los bienes, me quedaré con el espacio abierto y tú puedes quedarte con la casa.
+ Eeeeh, dije novia, no esposa. Ahora sé que cuando me case tiene que ser por bienes separados.
+ Jajajaja bromeaba. ¿Qué te parece “Relámpago”? Digo, ya que todos tienen algo astronómico, éste pequeño no debe ser la excepción ¿O sí?

+ Me gusta mucho, relámpago será de ahora en adelante.
+¿Estás seguro de que no te arrepentirás luego? ¿Qué tal si una novia tuya de verdad se le ocurre preguntar por el origen de sus nombres?
+ No lo creo posible, igual, terminaremos estando juntos.
+ Esa confianza tuya. Bueno ¿En cuál andaremos?
+ En rayo, nos aguantará bien a los dos
+¿Iremos juntos en uno solo?
+¿Sabes montar?
+ No
+Entonces iremos en uno solo  -Sacó al caballo y le puso las riendas y la silla de montar, primero  ayudó a la ajena tomándola de la cintura, una vez que estuvo arriba, espero unos segundos-
+¿Qué esperas?
+Que te bote, Rayo no deja que extraños lo monten.
+ ¡Qué! ¡Bájame entonces! –Exclamaba preocupada-
+ Ya estás arriba y no ha hecho nada, es buen indicio. –Agregó sonriente dándole un pequeño beso al animal- Buen chico. –Se subió atrás y tomó las riendas, haciendo que avanzara a paso lento por el camino dibujado de la hacienda, cuanto más avanzaba, más podía apreciar los paisajes hermosos que aquél lugar tenía por ofrecerles, estaba encantada y debía admitirlo-
+Todo es muy hermoso.
+¿Te gusta mucho?
+ Más de lo que te puedes imaginar
+Entonces reconocer que me debes mi beso.
+ En definitiva.
+ Lo quiero ahora.
+Bien, cierra los ojos. –El muchacho obediente cerró los ojos y frunció los labios para el supuesto beso, Lu se aproximó a él, dejando un claro y sonoro beso en una de sus mejillas- No especificaste donde.
+ Eres una tramposa.
+No, estaba implícito.
+Bleh, así no se vale. Al menos que sean dos ¿No?
+ Bueh, nada pierdo.
-Giró despreocupadamente la cabeza para dejarle un corto beso sobre la mejilla, cuando estaba a punto de coincidir con la misma, Mauricio giró su cabeza de forma rápida, Lu en el último microsegundo que le quedaba se hizo hacia atrás bruscamente para que sus labios no pudieran coincidir, lo que no tomó en cuanta fue el estrecho espacio que los separaba a ambos,  estaba a punto de caer cuando sintió el ligero agarre hacia una de sus muñecas, a pesar de aquello, la gravedad hizo su trabajo y el peso de ambos cedió, Mauricio cayó en el pastizal con Lu encima, dándose un genuino beso de “Media luna”-