sábado, 4 de junio de 2016

EPÍLOGO

Narra Hassel

Ya son 5 años que ando conviviendo con Bastian y debo decir que ha sido toda una aventura, como todas las parejas que existen en el mundo, hemos tenido nuestros problemas, de hecho hubo una ocasión en la que creí que todo estaba perdido, que nuestra relación había llegado a un punto en el cual no tenía solución, él estaba cansado de mí y yo estaba mental y físicamente agotado como para seguir luchando en una relación que se suponía era de a dos.
Básicamente todo partió desde el momento en que yo empecé a trabajar y estudiar a la vez, el primer año de universidad pues todo iba bien puesto que los cursos eran bastante sencillos y no conllevaban gran tiempo ya que en el trabajo trataba de avanzarlo cuando no había clientela, mi jefe era bastante bueno y pues me permitía hacer mis deberes de la universidad siempre y cuando no interviniera con mis responsabilidades dentro de la tienda, trabajaba en una librería por si es que les interesa saber.
El segundo año fue un poco más complicado puesto que ya exigían más de nosotros y mi tiempo ya no me daba abasto, Bastian empezaba a molestarse puesto que no disponía demasiado tiempo para brindarle a nuestra relación pero nada que con mis encantos y noche de buen sexo, no solucionara, yo sabía que Bastian me amaba, es decir, me ama, entonces como que no le di demasiada importancia porque al final siempre terminábamos bien.
Fue en el tercer año de carrera donde la situación se agravó considerablemente puesto que ya desde ése año me mandaban hacer mis prácticas pre-profesionales y en la compañía para la cual trabajaba demandaba demasiado de mi esfuerzo y llegaba a la casa cuando Bastian salía, los fines de semana que era los días que más libre o suelto andaba, aprovechaba para hacerle pequeños detalles como cena en casa, o invitarlo a salir, sin embargo él empezaba a mostrarse evasivo conmigo y ello bajaba mis ganas de querer hacer algo bonito para él, discutíamos mucho en ése tiempo, cada vez que nos veíamos era para echarnos en cara la ausencia del uno del otro, yo me enojaba porque cuando yo disponía de tiempo él prefería salirse de casa y él se enojaba por el hecho de que no paraba en nuestro hogar el tiempo en que él podía brindarme un tiempo, para decirlo en palabras sencillas… Nuestros horarios no coincidían.
Cuando llegué a cuarto año de la carrera sentí que había llegado bastante lejos y me encantaba lo que hacía porque ya pequeñas empresas me llamaban para consultorías, entonces como que llevaba un poco del trabajo a la casa, cosa que a Bastian tampoco le agradó, lo cual no entendí en un principio porque siempre me reclamaba que no paraba en nuestro hogar pero ahora que lo hacía igual andaba de mal genio, hubieron noches en las que me tocó dormir solo puesto que él no regresaba a casa, al día siguiente aparecía con cualquier excusa y pues… yo decidía creerle aun así no estuviere demasiado convencido.
Fue más o menos a mediados del cuarto año de carrera donde el asunto ya no daba para más y decidimos sentarnos hablar como las personas maduras que intentábamos ser, o mejor dicho, intentaba ser, él dijo en aquella ocasión que había dejado de sentir  “amor ” por mí, que mis ausencias, mi poco atención había desgastado lo que teníamos, que por el bienestar de ambos era mejor que nos diéramos un tiempo, sí me dolió, mi mundo era él, todo lo que conocía, todo lo que había experimentado siempre me lo ofreció él, si lloré, y lloré mucho esa noche, pero no enfrente suyo, sino cuando estuve solo, no quería que me notara débil, no sé si por orgullo o por qué razón, pero me mantuve firme en nuestra conversación, por mi parte le recalqué el hecho de que no sólo yo había fallado, que él también lo había hecho conmigo, con sus evasivas, con el hecho de no afrontar los problemas cuando los teníamos en frente, el hecho de callarlo cuando quizás todo tuvo solución pero bueno, ya todo estaba dicho y no había marcha atrás.
Me fui de su casa que por un tiempo fue nuestra, intenté rehacer mi vida, y no hablo de con otra persona, sino me refiero al hecho de acomodar todo en un nuevo espacio que había acogido como mío, me mudé a un pequeño apartamento que pude rentar, trasladé todas mis cosas, y pretendí empezar de cero, al principio me costó muchísimo amoldarme a mi nueva vida pero terminé aceptando el hecho de que Bastian y yo habíamos cumplido con el tiempo que nos tocó hacernos compañía, un día de esos cuando andaba dando una vuelta por el centro comercial me crucé con él, sentí una cosa extraña en el pecho al verlo, ya llevaba un mes sin hacerlo, sin mantener algún tipo de comunicación con su persona y ahora estaba allí, a unos pasos de mí, estaba solo, me alegraba verlo así, tal vez mi lado egoísta no quería que encontrara alguien más porque mi corazón me decía que él me pertenecía, lo observé de lejos porque… no quería irrumpir en su vida nuevamente, él lucía bien, como siempre, si él estaba bien entonces no había más que hacer.
Ya estaban por cumplirse dos meses desde el día en que Bastian y yo habíamos terminado, fueron muchos años como para superarlo en dos meses, yo seguía pensando él, sin embargo no hacía nada por volverlo a tener en mi vida, él fue quien dijo que ya no me amaba entonces ¿Qué es lo que podría hacer yo? No podía comprar su amor, aun así lo quisiera, no podía obligarlo a quererme de nuevo.
¿Saben? De vez en cuando me pasaba por la casa que en un tiempo fue nuestra, la luz siempre se encendía a las 9 de la noche, sonará quizás un poco psicópata pero me gustaba verlo llegar a casa aun así él no pudiera verme, desde que rompimos pues no dejé pistas, como lo infantil que era y probablemente sigo siendo quería castigarlo sin mi presencia, después de todo, él terminó conmigo, no creo que le hubiera importado mucho saber cuál era mi paradero.
Fue un 24 de diciembre, vísperas de navidad, ya llevábamos más de 5 meses sin estar juntos que decidí ir por un batido al mall que quedaba cerca del departamento donde habitaba, estaba algo nostálgico porque todas las navidades me recordaban a él, cuando armábamos el árbol y el nacimiento juntos, el decorado de nuestra casa con luces, los regalos, etc etc, yo, agachado y con la cabeza abajo iba saliendo después de recibir mi pedido cuando tropecé con alguien en la puerta, la gente del local suspiró, o más bien hizo un aspaviento que terminaron por hacerme reaccionar, miré a los costados y la gente señalaba la puerta, miré atentamente el muérdago que yacía colgando de ella, pero más atención me llamó la persona que estaba frente mío, después de tanto tiempo sin estar cerca de él, sin sentir su aroma allí estaba, haciendo que me sintiera jodidamente débil nuevamente, la gente exclamaba “beso” yo sé que era más morbo que el hecho de que quisieran hacer cumplir la regla del muérdago, no sé cómo pasó, yo sólo sentí sus fuertes brazos rodear mi cintura y levantarme del piso para finalmente dejar que nuestros labios coincidieran, la gente ahora expresaba asombro, tal vez no se vieron aquello venir, y bueno, cómo iban a saber que nosotros dos teníamos un pasado juntos, al término del beso, cuando logré que mis pies tocaran suelo, mis ojos empañados de lágrimas y mi voluntad flaquearon, empecé a correr fuera del local y Bastian corrió detrás de mí, iba por el estacionamiento cuando sentí su cuerpo abrazarme por detrás “Soy yo el que ahora va detrás de ti” me dijo con aquella voz tan varoníl, tan ronca, tan propia de él. “¿Podemos hablar?” fue la siguiente oración que soltó, yo lo seguía queriendo, tal vez no como antes porque el tiempo había mellado en mis sentimientos pero él seguía siendo importante para mí, lo aparté un poco, necesitaba espacio; el estacionamiento no era el lugar más idóneo para mantener una charla -
-“No…”
- No me digas que no, Hassel, por favor, seré breve si es que así lo quieres.
- Iba a decir que no creo que sea conveniente hablar aquí.
- Pues iré a cualquier lugar que elijas sólo quiero unos minutos de tú tiempo ¿Será que se puede?
- Mi departamento no anda muy lejos ¿Quieres café?
-Vi como una sonrisa se plasmaba en su rostro, él asintió y pues nos dirigimos en silencio hasta mi hogar, de camino no dijimos nada, ni él ni yo, al llegar abrí la puerta y lo dejé pasar, se sentó en uno de los sillones de mi mini sala y yo fui hasta la cocina para servirle algo de café, al regresar con él se lo tendí y me senté en el sillón de enfrente sin pronunciar palabra alguna, fue él quien rompió el silencio.
- Hassel… ¿Cómo has estado?
- Muy bien gracias por preguntar
- Me han dicho que has estado bien
- Sabes que siempre ha sido así –Dije canturreando puesto que nuestra conversación me recordaba a una canción, él rió vagamente-
- Me ha sido difícil hallarte ¿Por qué te fuiste y no dejaste huella?
- Me vuelvo triste, y no encuentro tú silueta –Volví a canturrear-
- No evadas mi pregunta, pequeño bribón.
- Todo lo que dices me sabe a canción.
- Por más que intenté contactarte no pude, Lu se negó siempre a decirme dónde andabas, dejaste de trabajar en aquella compañía, cambiaste tú número telefónico, ni tus padres saben dónde te quedas y en la universidad…
- ¿De qué estás hablando Bastian? –Me sentía confundido, sí, es cierto, había cambiado de número, mis padres sabían lo que mi persona quería que sepan, había cambiado de turno en la universidad, ahora era trabajador independiente y sí, le había dicho a Lu que no dijera dónde andaba pero… ¿Por qué Bastian sabía todo eso? ¿De verdad me había estado buscando durante esos 5 meses?-
- Hassel, hasta llegué a pensar que habías dejado la ciudad ¿Querías matarme acaso? Porque si es así, lo lograste, cada día que pasé sin saber de ti fui muriendo poco a poco, fue muriendo la esperanza de volverte a ver, de volver hablar, de escuchar tu voz una vez más, fui un tonto, más que eso, un idiota que no supo cuidar lo que tenía, que dejó ir al amor de su vida por cosas que en realidad tenían solución, debo ser el imbécil más grande del mundo por no haber valorado los pequeños detalles que tenías conmigo, perdóname Hassel, perdóname.
-Sinceramente no podía creer lo que estaba pasando, tanto tiempo pensando que él estaba mejor sin mí, que quizás ahora era feliz, tanto tiempo huyendo de él y él queriendo encontrarme y es que debíamos llevarnos el premio a los seres más bobos del planeta- No sé qué decirte Bass –Dije corto de palabras, sintiendo las lágrimas amenazaban con salir, Bastian se paró de una sola y se arrodilló ante mí, con ambas manos tomó mi rostro y besó cada uno de mis ojos, luego tomó mis manos entre las suyas, yo yacía quieto, y es que me había quedado como paralizado en el tiempo, era mucho para procesar en cuestión de segundos- Hass –Dijo él sacando una pequeña caja de su bolsillo y abriéndola frente a mi- Cásate conmigo, Hass, no te quiero perder otra vez, por favor, dame una oportunidad –Dijo tan fuerte y profundo que sentí sus palabras clavarse en mi corazón, no hace falta mencionar lo chillón que me puse, cuando logré salir del trance, lo abracé fuerte, muy muy fuerte, lo había extrañado, quizás tanto como él a mí, hablamos mucho esa noche, me explicó que siempre cargaba consigo aquél anillo por si volvía a verme, que de hecho ése día se iba a dar por vencido pero que era obra del destino y que el mismo le andaba brindando una nueva oportunidad a mi lado, dijo muchas cosas, y yo dije otras tantas, ésa noche volvimos amarnos una vez más y empezamos lo que nunca debió terminar.

Narra Lu

-¿Y Bien amor? ¿Cuáles son los planes para el día de hoy?
-Tenemos una junta a las 9 de la mañana con los accionistas, a las 12 tenemos que asistir a la entrevista de televisión, y pues a partir de la 1 te tengo toda para mí porque mandé a cancelar todo lo demás.
- Y ¿Quién te dio permiso para que cancelaras todo lo que estaba agendado?
- Pero…
- Luego que por qué tú secretaria no me pasa, tiene que andar reprogramando todo. Aunque… Eso de tenerte todo para mi... –Dije guiñándolo un ojo- no anda tan mal.
-Eduardo y yo supimos superar la crisis en el que mi brillante idea nos metió en un principio, después de lograr nuevamente solvencia económica más personas quisieron apostar por nosotros y nos volvimos a reafirmar como la compañía más sólida en el mercado, y es que juntos lo podíamos todo, de hecho nos hicimos bastante populares en los medios sociales por ser la pareja más joven manejando una de las compañías más exitosas del mundo, si preguntan qué pasó con Sky Travel… pues es sencillo, si bien se mantiene en el mercado, cosechó lo que sembró y los números suyos han bajado en picada mientras que los nuestros han ido en ascenso.
Si nos evocamos al lado familiar, adivinen quién ya conoce a sus suegros, exactamente, yo, Eduardo me presentó ante ellos una vez que formalizamos nuestra relación, he de decir que tiene una familia bastante peculiar, me llevo muy bien con su padre, siempre mantenemos una conversación alturada, usualmente conversamos temas ligados a la empresa o política, creo que por su parte, tengo aprobación; con la que me cuesta un poco llevar la fiesta es con su madre, que si bien es una dama en todo el sentido de la palabra, tiene un carácter ligeramente especial, sin mencionar que cada vez que visitamos su casa no olvida mencionar en la cena o almuerzo que “para cuando los nietos” y una así de “sí, a ver para cuando” no es que no quiera tener hijos, Eduardo bien sabe que me gustaría tener una familia junto a él, sin embargo es un tema que hemos conversado mucho y hemos decidido que lo mejor será tenerlo en unos años más, así podemos disfrutar de unos viajes que tenemos programados, supongo que cuando tengamos un bebé, su madre me aceptará del todo.
No hace falta mencionar que mi mamá adora a Eduardo, aunque no le agrada mucho la idea de que su “bebé” o sea yo, haya tenido que viajar hasta New York para estar con él, sin embargo una vez que encontró a José, creo que ya no le importo tanto, José es la nueva pareja de mamá, de hecho me costó un buen aceptar a que ése hombre ingresara a nuestra vidas, desde siempre había tenido a mamá para mí y ahora compartirla con un sujeto pues no era una idea que me sedujera del todo, sin embargo el susodicho supo ganarse mi confianza y medio que lo acepté, de hecho mamá es bastante feliz con él así que espero que la siga haciendo sonreír si es que quiere conservar los webos en su lugar.
Tal vez se pregunten qué pasó con Bryan, les resumiré la historia, ahora él es papá de unos hermosos gemelos, al final la chica de la que no me acuerdo el nombre quedó embarazada de él y pues tuvieron que hacer una vida juntos, después de todo Bryan sí la amaba y siempre fue un tipo responsable así que a sus hijos nada les hace falta, la chica cambió una vez tuvo a sus pequeños, siempre dicen que un hijo te cambia la vida y al menos esos pequeños cambiaron la suya para bien, hasta me pidió disculpas en una de las ocasiones en las que nos topamos Eduardo y yo con Bryan y ella en el parque central, de vez en cuando Bryan y yo nos reunimos a tomar un café como buenos amigos cuando visito Perú y pues nos ponemos al día, creo que después de todo nuestra relación no acabó del todo mal, él se volvió a reencontrar con su pasado y yo también me topé con el mío, a veces nos reímos de cómo se dieron las cosas pero al final todo supo acomodarse, ambos somos felices con las personas correctas, él tiene ahora alguien que lo ama y lo atiende como se merece y yo tengo a mi chico de rulos al que amo con todo el corazón.
¿Saben lo que hace Mau ahora? Pues ahora trabaja en nuestra compañía, muy en contra de la voluntad de Eduardo pues aún le tiene algo de recelo, sin embargo él también rehízo su vida con la chica de aquella vez, de la cual tampoco me acuerdo su nombre porque soy malota, es feliz ahora y pues somos buenos amigos, cosa que también le causa pesar a mi novio.
Del pequeño Hassel sé  muy poco, como ahora vivo en new York ya no tengo demasiado contacto con él pero cada vez que visito mi ciudad me doy una vuelta por la casa de Bastian para visitarlos, creo que Bastian aún me tiene algo de resentimiento por no darle el paradero de Hassel, sin embargo promesas son promesas y yo prometí no abrir mi boca, la última vez que los vi, los vi bastante contentos, Hassel tenía aquél brillo especial en los ojos y Bastian se desvive por él, y bueno, ellos tienen planes de casarse ahora, su historia de amor no podía acabar, internamente lo sabía, aunque debo admitir que si me dio rabia cuando el pequeño me comentó que lo había terminado, pero bueno, las cosas pasan por algo y creo que aquella separación hizo su relación aún más fuerte.
¡ADIVINEN QUÉ! Sandra y Rodrigo tal y como lo pronosticamos terminaron estando juntos y ahora mi mejor amiga tiene un brillante anillo en su dedo anular, estamos planeando todo juntas, desde la recepción de los invitados, el salón, todo, absolutamente todo para la boda que se llevará a cabo en el mes de marzo, Rodrigo se trajo a Sandra a vivir a New York y pues somos colegas porque ya supondrán quién usó un poco de sus encantos para dejar que su futuro esposo contrate a su par de amigos.

Creo que me olvidé de mencionar un pequeño detalle, yo también tengo un hermoso anillo de compromiso en la mano, aún no definimos fecha pero de todas maneras la propuesta está hecha, y aún así no lo estuviera, no necesito un papel que diga que debemos estar juntos para siempre, él es el amor de mi vida  y el afirma que soy yo el suyo entonces… esta historia posiblemente tenga como en los cuentos de hadas un “Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE” él, el final del hilo rojo. 

1 comentario:

  1. Me encantóooooooo!!! lloraré de emoción Lu!!!
    gracias por hacerlo lo esperaba con tantas ansias :) que cada vez que podía entraba con la esperanza que escribirias algo y ya está... me emociono me encantaría que hicieras una pelicula ejejeje :)

    Nota: No te perdonaré que teniendo mi wssp y mi fb no me avisaras :(
    Saluditos nena.

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