lunes, 18 de agosto de 2014

Capítulo 4 NIÑA RUDA

-los tres se miraron mutuamente y fue inevitable no soltar una pequeña risa al intercambio de palabras, la tención se aligeró un poco y la señora lo invitó a pasar, pero éste muy caballerosamente tuvo que declinar la invitación poniendo de escusa que tenía unas cosas pendientes por hacer, pero que encantado en otra oportunidad vendría de visita, la madre de Lu sonreía y al parecer le agradó mucho verlo, le preguntó por su padre, por su madre, sus hermanos, el contestó todas sus dudas con cortesía, riendo un poco por la cantidad de cuestionamientos que ella le hacía. La muchacha seguía parada en la puerta mirando de un lado al otro según el turno en que les tocaba hablar, sintiéndose más confundida que de costumbre- ¿y éstos?,- pensaba- ¿De qué me perdí? –las dudas comenzaron aquejar su cabeza- mi madre me debe una explicación –se replicó así misma- pero que explicación podía pedirle yo, más bien soy yo la que tendrá que inventar una magnífica historia para justificar mi regreso, ¿qué le podría decir? Que me quedé sin gasolina, que se me hizo tarde, que Sebastián me abandonó, que Sebas es amigo de Eduardo, pero no, si le pregunta a él, ¡soy historia!, que iba en mi moto y que casi lo atropello, no no, mejor que nos reunimos en la casa de Eduardo y que él le dijo que me quedara porque era peligroso regresar a casa a esas horas altas de la noche. Sí, eso sería perfecto. –despertó de sus vagas ideas cuando escuchó “fue un gusto, adiós”-
+ ¿eh?
+ Nos vemos Lu, cuídate mucho.
+ ¿eh? ¿ah? Ah sí. Gracias a ti por traerme a casa
+ No es nada, no te preocupes. Hasta luego Ms. Roxana. Que tenga un buen día
+ Ve con cuidado muchacho, eres bienvenido cuando quieras.
+ Lo tendré presente, hasta luego.
-el chico reclino su cabeza y se dio vuelta para continuar su rumbo, subió hasta su auto y se despidió con la mano una vez más, la señora correspondió y dijo adiós con la mano también pero sin embargo la niña sólo se quedó mirándolo con la cabeza un poco ladeada con un signo de confusión en su mirada, una vez que él se había retirado la madre de ella comenzó a bombardearla con preguntas, típico, ya se lo esperaba-

+ ¿Dónde estuviste? ¿Por qué llegas hasta ahora? ¿Sabías que hay teléfonos? ¿Te compré celular o no? ¿Cómo lo conociste? ¿Qué pasó? ¿Sabes lo preocupada que estaba?
+ Y si guardas silencio y me dejas explicarte –intervino ella cortando la intervención policial de su madre-
+ Te escucho
+ Fui a una discoteca, me quedé dormida en el departamento de Eduardo, sí sé que hay teléfonos pero no vi ni uno cerca, la chatarra que tengo por celular se quedó sin batería, lo conocí en el lugar donde fui, me divertí y lo lamento.
 -su madre negó con la cabeza y la miro con los ojos entrecerrados-
+ ¿Porqué dormiste en su departamento?
+ Veras mamita –le habló de manera cariñosa esbozando una sonrisa tierna, cosa que hacía cada vez que la mayor estaba enojada- Fui a la discoteca con Sebastián como te comenté pero el ya tenía plan con una chica, tu sabes cómo son los chicos actuales –replicó conchudamente- Entonces conocí a Eduardo en la pista de baile, hablamos y me calló muy bien, baila muy bien ¿Sabes? ¿No? ¿No sabías? Uff baila de maravilla,  y es muy caballeroso, y así se nos pasó la noche, cuando salimos de la discoteca me iba venir para la casa, pero como había tomado un poco, sólo un poco mami, no me sentía muy bien como para conducir y Eduardo me ofreció llevarme en su auto, acepté, pero al parecer me quedé dormida y no sabía donde vivía entonces me llevó hasta su departamento y me dejó dormir allí, el durmió en el sofá, pobre, pero desde siempre fue atento, cuando desperté ya era el día siguiente,  y él me escoltó hasta casa. Y ¡taran! aquí  me vez completita –se acercó a su mamá y le dio un beso en la mejilla, esperando que se creyera tamaña historia que había salido de forma tan natural por el apuro-
+Está bien, pretenderé creerte, sólo porque conozco a Eduardo y sé que es un buen muchacho.
+ Es un encanto madre, taaaan bueno –en la cama, pensó para sí misma-
+¿Tienes hambre?
+Sí, me preparas algo rico ¿sí? Yo iré a arreglar mi cuarto y regreso al tiro.
+ Ya, ve ve
-se fue caminando con total naturalidad hasta su habitación, se apoyó contra la puerta una vez que la cerró, cerrando sus ojos recordando todo lo que había vivido la noche anterior, su corazón latía fuertemente al recordarlo, de una cosa estaba segura, quería volver a verlo, no tenía nada que arreglar en su cuarto, como siempre estaba ordenado, se tiró sobre su cama y soltó un suspiro-  lo llamaré, sí, eso haré. ¿Llamarlo? No tengo ni su número, pero no puedo ir a buscarlo sin una escusa, pensará que estoy desesperada por él, ¡no no no!, no puedo permitir eso, entonces, entonces dejaré que él me busque, debo haber significado algo para él, dijo que era genial ¿o no? ¿Serán palabras que soltó al azar? No creo. –Tuvo un monólogo personal cuando escuchó una voz que la llamaba indicando que ya estaba su desayuno-
+Ya voy MAMAAAAAAA!
-salió de su cuarto con una sonrisa y recorrió el pasadizo hasta la cocina-
+HELLO MOOOM –dijo con un tonito vivaracho-
+Pero de que buen humor estás
+Ay mamá, que si estoy triste que porqué no sonrío, que si estoy feliz  que porqué sonrió tanto
-su madre rió-
+Ya ya, come come .
+Sí sargenta –ambas rieron y Lu comió vorazmente lo que estaba dentro del plato, tenía mucha hambre, comenzó por el arroz y luego por los huevos fritos que desde hace rato le hacían ojitos, luego prosiguió con los platanitos fritos, en cuanto terminó quería preguntarle a su má como es que conocía a Eduardo, pero no quería recordarle lo de su llegada tarde así que se levantó de la mesa y lavó sus platos y su cubierto-
+¿Ahora estás lavando lo que ensucias? –dijo la mayor con tono sarcástico-
+ eh madre! Ya pu, cualquiera pensaría que soy una vaga si te oyese.
+No dije nada entonces
+¡Yo también te quiero omma!
+Sí sí, ahora anda a preparar y terminar con tus cosas. Ya mañana inicias clases en la universidad, tus sábados de diversión se acabaron.
+Mañana es lunes, qué pereza.
+Sí, y pasado mañana es martes y el día siguiente el miércoles y el que sigue es el jueves
+Para el sarcasmo ¡ni quien te gane madre!

-ambas rieron un poco y retornaron a su quehaceres, Lu retornó a su habitación pero la imagen de él seguía rondando por su cabeza, tendría que devolverle la motocicleta, entonces volvería a su casa y podría verlo de nuevo, tomó sus cuadernos y los forró, dejo todo listo para el día siguiente, prendió su equipo de sonido y se puso a escuchar canciones románticas, botando suspiros al viento, volvía a su mente en forma de película cada hecho que habían pasado juntos, desde que salieron en la motocicleta hasta lo que hicieron aquella noche, sonreía embobada - No puedo seguir así, no creo que el piense tanto en mí como yo lo hago, seguro no significó mucho, ¿sería virgen él también? Nica, si sabía perfectamente lo que hacía, oh sí, vaya que sabía cómo hacerlo –volvió a negar, la noche calló y salió de su habitación-
+Niña, Tu motocicleta ya la guardé
+¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde está Eduardo?
+ ¿eh?
+Cómo está mi motocicleta(¿)
+ Siiii claaaro… Eduardo no vino, la trajo su primo, o su amigo, un muchacho, hace un rato.
+Aaaaah
+¿Ya estás lista para mañana?
+Sí sí, lista para la tortura.
+Exageras.
+¿Qué deseas para la cena?
+Nada omma, no tengo hambre.
+¿Desde cuándo tú no tienes hambre?
+Intento ahorrarte la comida
+Sí graciosita
+Me iré a descansar para estar de buenas mañana
+Son las 8
+Sí, dormiré mis 8 horas, debes estar orgullosa
+Ya, ve, duerme bien
+Si, claro.

-se acercó hasta su madre y besó su frente- Buenas noches-su mamá sonrió y la dejo que se marchara hasta su habitación, estando Lu dentro de su recamara, apagó la música que había dejado encendida desde hace un buen rato, se recostó y  metió debajo de las frazadas abrazando a su almohada y a su pequeño peluche de conejito, era bastante ruda, nadie dormía con un conejito feroz como el suyo, cerró sus ojos pero no podía dormir, se le venía a la mente el recuerdo de sus profesores del ciclo pasado, seguro le volverían a tocar los mismos, ya conocía como trabajaba cada uno, la metodología que empleaba, sería pan comido pasar los cursos, luego se acordó de sus amigos de la U, algunos habrían cambiado el peinado, otros seguirían con lo habitual como siempre. Después de su divagaciones mentales al fin pudo coger sueño, quedó dormida de a pocos hasta el día siguiente-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario