miércoles, 20 de agosto de 2014

Capítulo 7: Diversión en el parque de colores

-Había pasado unos cuantas semanas sin verlo, pues lo profesores y las asignaciones que dejaban no eran  tarea fácil, durante esos días había recibido llamadas de él en las tardes, mientras que en las mañanas y en las noches habían dado lugar a mensajes ocasionales, Eduardo comprendía muy bien que ella debía estar centrada en lo que son sus estudios y sin bien le hubiera gustado verla seguido, darse un espacio para ambos no  le haría mal a nadie, en el parámetro de esos días Lu había estado de un lado para el otro con los trabajos y no había podido dormir bien a causa de ello, 3 o 4 de la mañana se habían convertido en su horario habitual de tomar la siesta, hubo días en los cueles se quedaba a dormir en la casa de Sandra realizando o tipiando algo, o viceversa, que Sandra se quedara en casa de ella para culminar trabajos que al parecer no tenían cuando acabar, al culminar esa semana los trabajos cesaron un poco y pues de todas maneras tendría que buscar la manera de darse un tiempo para poder verlo, lo extrañaba mucho. El viernes saliendo de la universidad su celular comenzó a sonar, miró la pantalla y se detuvo un momento para ver quién era, al ver que en la pantalla decía  EduY rápidamente contestó -
+ ¿Alo?
+ ¿Podré verte hoy mi princesa?
+Sí mi amor, ya tengo ganas de verte. ¿Dónde nos vemos?
+ ¿Te parece en el parque de colores?
+ ¿En el parque de colores?
+Sí ¿Sabes dónde queda verdad?
+Claro que sí. Ahí nos vemos~
+Ok.  Te espero ahí. Nos vemos pronto Princesa
+Espera espera
+ ¿Qué pasó?
+No me dijiste la hora, amor.
+ ¡Oh! Cierto… Emh a las 5 si te parece bien
+Claro, ahí estaré. Cuídate amor, ya nos vemos~
-Al terminar la llamada Lu se dirigió hasta su casa para adelantar uno que otro trabajo, felizmente no tendría que presentar ninguno al día siguiente y podría estar más tiempo que él, tomó su cuaderno y su agenda planificando y anotando la fecha de entrega de los trabajos más recientes y haciendo un plan de trabajo como siempre acostumbraba hacer, al mirar el reloj ya eran 4 y 30, entonces se apresuró a buscar algo lindo para ponerse, escogió un short Jean , un polo descotado y unos zapatos de tacón número 7, tomó una ducha y se cambió, secó su cabello y dejo que cayera hacia un costado, se maquilló un poco y salió a su encuentro con él,  encendiendo su motocicleta llegó al cabo de unos minutos  y estacionó la misma. Se bajó y fue a la entrada pero no pudo  verlo, el parque estaba desierto a pesar de ser viernes por la tarde, se adentró un poco más, de repente lo encontraría sentado en una de las bancas del fondo, pero tampoco estaba allí, miró su reloj y eran 5 y 5, quizás aún era temprano y se le presentó algo de último minuto , se sentó en una de las bancas mientras jugaba con una u otra aplicación de su celular, después de un rato volvió a mirar su reloj de pulsera, eran ya las 5 y 30, decidió que quizás debería llamarlo y así lo hizo, pero el teléfono yacía apagado, se puso a caminar por el parque para hacer un poco más de tiempo, llegó las 6 y seguía sin venir, un tanto enfadada salió del parque de diversiones  con dirección hacia su motocicleta, encendió el motor cuando escuchó que una voz desde atrás le gritaba-
¡ESPERA!-al girar el rostro, se trataba del mayor que corría hacia ella, se bajó de la moto en cuanto el ya estuvo cerca, con la respiración entrecortada escuchó un débil-
+Perdón
+ ¿Qué ocurrió?
-Eduardo intentó controlar su respiración para poder responder el cuestionamiento de la chica, tomó de su mano y entraron juntos al parque y se sentaron en una de las bancas, una vez que él logró recuperar el aliento prosiguió hablar-
+De verdad que lamento haber llegado tarde, pero es que estaba de camino y la llanta del auto se me ponchó, el taller más cercano quedaba como a 3 cuadras, el técnico dijo que no se demoraría, pero demorarse en lo único que hacía, se me hacía tarde y dejé el auto en el taller, tomé un taxi pero el tráfico era horrible y avanzábamos media cuadra cada 15 minutos, me bajé y vine corriendo, realmente lo siento.
-al término del relato Lu lo rodeó con los brazos  brindándole un abrazo y tierno beso sobre sus labios-
+No te preocupes, lo entiendo y no sabes lo mucho que significa para mí que a pesar de eso estés aquí conmigo, pudiste llamar y cancelar, mas aun así te tengo aquí a mi lado.
-el chico pasó suavemente su mano por las mejillas de la menor acariciándola con el pulgar, la atrajo tomándola del cuello hasta sus labios profundizando más aquel beso y separándose de ella unos segundos después-
+ Todo vale la pena, siempre y cuando sea por ti. Por otro lado, ¿Quieres jugar?
+ ¿Jugar?
+ Si, jugar. Después de todo es un parque de diversiones ¿o no?
+ Si. Quiero… Quiero ir allá
-la niña tomó con sutileza la muñeca del mayor y lo llevó hasta los columpios, se sentó en uno de ellos rápidamente –
+Yaaaa, ahora es donde tú debes mecerme. Apúrale apúrale –dijo divertida-
-el contrario sonrió y tomó la base del columpio jalándolo hacia atrás y soltándolo luego mientras que la menor mecía sus piernas de delante hacia atrás, con el ritmo ya establecido el contrario empujaba suavemente desde atrás-
+Ahora tú, súbete a lado. ¿Si? ¿Si? ¿Siiiiiiiiiii?
+Ok ok. Ya voy
-haciendo caso a lo que ella decía se subió en el columpió del costado y dio un pequeño impulso con la punta de los zapatos, y poco a poco fue adquiriendo el mismo ritmo que la menor, llegando inclusive un poco más alto, las suaves risillas de ambos salieron inesperadamente, era algo tan infantil pero tan tierno a la vez que simplemente ambos se dejaron llevar, estuvieron así unos cuantos minutos, meciéndose mientras el aire rosaba sus rostros, al cesar ambos bajaron y se tomaron de las manos, se sentaron bajo un árbol pues era el único lugar que les ofrecía sombra-
+ ¿No te parece raro?
+ ¿El qué? –respondió él-
+ El que no haya gente por aquí un viernes en la tarde
+Es que abrieron otro parque a dos cuadras de aquí, es más grande y con más juegos. Y ahora en éste no es muy usual ver gente
+ Ou ya veo. Qué triste.
+ ¿Triste? Es mejor
+ ¿Mejor por qué?
+ Por que será un lugar especial para nosotros dos
+ ¡Tonto!
-el chaval estaba apoyado contra el árbol y Lu acomodó su cabeza sobre el hombro contrario soltado un leve suspiro –
+es lindo casa instante junto a ti ¿sabes?
+Lo sé, soy muy bonito.
+ Seeeee –rió suavemente la menor-
-Eduardo sonrió y le dio un beso en la frente-
+Quiero hacerlo especial
+ ¿Hacerlo especial?
+Sí, es nuestra primera salida formal como novios. Quiero que la recuerdes siempre –contestó él-
+ Y ¿cómo harás eso?
-el chico sacó una pequeña navaja y separó con sutileza a Lu, se volteó para quedar frente al árbol y se arrodilló frente el mismo, con la navaja fue de a poco tallando sus iniciales hasta que quedaron bien marcadas, la contraria se le quedó mirando mientras sonreía dulcemente ante aquel gesto, una vez que él terminó, puso la fecha y la hora debajo de sus nombres-
+¿Por qué?
+ Por qué ¿qué?
+ ¿Por qué eres tan perfecto?
+ No lo soy. Sólo son detalles mi niña.
+ Detalles que enamoran, pero te faltó algo.
+ ¿Qué me faltó?
+ El corazoncito
 –respondió con ternura la menor mientras tomó de las manos del mayor la navaja y encerró sus nombres en un corazón, se demoró un par de minutos tallándolo bien, pues quería que quedara perfecto –
+Ahora sí ¿Ves?
+Sí sí, ya veo. Te quedó hermoso, ahora ya tiene un poco de los dos.
+Sí mi amor. Como debe ser.
+¿Quieres ir a mi departamento a comer algo? –preguntó él-
+Claro, iré a tu departamento y devoraré algo –dijo divertida relamiéndose los labios-
-el contrario rió suavemente ante la expresión hecha por aquella y se paró de aquel árbol  tendiéndole la mano, caminaron juntos hasta la salida unidos por un abrazo de medio lado, se aproximaron a la motocicleta y cuando Lu estuvo a punto de subir, él la retuvo-
+Quiero conducir yo esta vez
+Pero…
+ ¿No quieres?
+ Claro que sí, no hay problema.
-el mayor subió al mando de la motocicleta y Lu tomó de su cintura aferrándose a él mientras conducía- Es la primera vez que dejo que alguien diferente a mí, la conduzca. –comentó mientras recorrían las calles, Lu observó una pequeña sonrisa esbozarse en los labios de su novio y sonrió también. Cuando llegaron a casa del mayor dejaron la motocicleta estacionada y subieron hasta su departamento, abrió la puerta y entró después que la muchacha lo hizo, ambos pasaron hasta el comedor-
+ ¿Qué quieres comer?
+ A ti                         
+ Si claro… Enserio mi niña ¿Qué es lo que deseas?
+Te deseo a ti
-la menor se quitó el polo que llevaba puesto, se agachó sensualmente y se quitó los zapatos que llevaba , volvió a estar de pie y descendió la mirada hasta su short para desabotonarlo enseguida y dejar que resbalara sobre sus piernas junto con su prenda íntima, quedándose sólo con el brasier, dio un brinco sentándose encima de la mesa y abrió las piernas  mientras acariciaba su cuerpo de manera placentera ante los ojos del mayor, tocaba con insistencia sus senos, el contrario sonrió de manera ladina y caminando lentamente hacia ella se detuvo un momento-  Bueno, si  quieres jugar así... –el chico la miró de pies a cabeza-  No pondré resistencia.  Mi amigo quiere hacerse presente –el chaval rápidamente se desprendió de su ropa, dejándola tirada por toda la cocina mientras la arrojaba por aquí y por allá, quedándose desnudo antes los ojos de la menor, la  niña sonrió suave al escucharlo y se apegó un poco más hacia su cuerpo, haciendo que su senos se apretaran contra el pecho del mayor y su entrepierna rozara apenas- ¿tú crees que quiera ahora?... -Susurró suavemente, mientras con descaro acariciaba uno de sus senos, viéndolo fijamente, para el muchacho el tocamiento que ella misma ejercía sobre sus senos y la fricción contra su pecho le fue excitante, clavando su mirada en los ojos de la chica se situó entre sus piernas posando sus manos en los muslos de ella- Ahora ya no podrás detenerlo, jugará hasta que tú digas GAME OVER –comentó divertido y reemplazó la mano de la contraria y puso la suya sobre los senos de ella haciendo que su pulgar jugara con su pezón,  esto ocasionó que Lu soltara un leve jadeo al sentir aquella mano sobre su seno acariciándolo de manera exorbitante y placentera, reaccionó y con una de sus manos tomo el miembro contrario y empezó a masajearlo en cuanto sus caderas  se aproximaron al borde de la mesa y el glande del más alto pudo rozar con su intimidad, haciendo que penetrara apenas dentro de ella. Eduardo, sin dejar de acariciar sus pechos un solo segundo, se concentró en aquellos juegos que la menor tenía con su miembro y su intimidad - Ves, ya se puso faltoso-dijo soltando un risa mientras llevó sus labios hasta el pezón para acariciarlo con sus manos, delineándolo con la punta de su lengua, succionó de su pechos aplicando leves mordidas con los dientes, buscando quizás escuchar gemidos por parte de novia, su lengua descendió un poco más, dejando restos de saliva sobre el abdomen ajeno, Lu sumida en el placer gemía suavemente sin poder siquiera controlarse, echó la cabeza para atrás ligeramente y acarició los cabellos del mayor. Edu al llegar a su parte baja tomó ambas piernas y las separó con brusquedad olvidando todo acto de caballerosidad, llevó directo su  boca hacia la intimidad de la contraria, su lengua chocó contra la carne de ésta lamiéndola lentamente mirándola directo a los ojos, chupaba y saboreaba cada vez con más frenesí el pequeño sexo de ella. La niña observó atenta y sólto un gemido ronco al sentirle comenzar atender su intimidad de esa forma tan brusca. Adoraba seguir descubriendo más facetas de él en la cama, cerró un solo momento los ojos para poder liberal un gemido profundo en lo que comenzaba a mover sus caderas con suavidad – Aaaaah ¡Eduardo! –repitió entre jadeos su nombre mientras la boca del contrario estaba completamente perdida en el sabor del sexo ajeno, atrapó entre sus labios el clítoris para sorberlo y succionarlo repetidas veces, introduciendo después su lengua simulando penetraciones. LU levantó sus pies para apoyar los talones en la mesa y así abrir más sus piernas sintiendo que el calor dentro de su cuerpo ascendía rápidamente- No... No pares.. -Susurró entre gemidos suaves, jalándole con suavidad del cabello, procurando sentirle más- A-ah...

-Efectivamente, el chico no paró en ningún momento, sino que continuó con más experiencia al tener sus piernas abiertas de aquella forma, remplazó esta vez su lengua por uno de sus dedos que la penetró suave, comenzando a moverlo con insistencia. La menor sonrió y jadeó nuevamente- No quiero tu dedo, quiero a tu amigo –rió por lo bajo y el mayor levantó su mirada hacia ella, apartando sus labios apenas y riendo bajo por sus palabras, se levantó, se relamió los labios tragando el sabor de los fluidos de la menor  y beso sus labios.- Hermosa~ - Bajó los talones de  la misma  que estaban sobre la mesada y acomodándose entre sus piernas, adentró su falo en ella, primero la punta, torturándola un poco de esta manera- Quiero sentirte. ¡AHORA! –dijo aquella con un destello febril en los ojos envuelta por el deseo, sus cuerpos sudaban y sintió como el miembro contrario penetró profundo en ella de una sola estocada. Ella cerró los ojos con fuerza mientras acariciaba la espalda de aquel con insistencia, los gemidos comenzaron a escapar por parte de los dos con mayor fluidez. Él comenzó a embestirla con más fuerza y lujuria, deseoso por más y por poseer su cuerpo por completo, entre tanto sus manos se paseaban por el cuerpo ajeno y dirigiéndola hasta sus nalgas, las cuales acarició con cierta posesividad, sus labios buscaron los ajenos para besarlos, introduciendo su lengua duramente en la cavidad contraria. La menor sintió como aquellas manos finalizaron en sus nalgas, las cuales al apretón ajeno dolieron, haciéndola gemir con más fuerza. Hundió las uñas en la espalda de su novio, respondiendo ese beso, al igual que juego de su insistente lengua, enredando la propia de forma constante con la ajena.. Apretó el agarre de sus piernas en sus caderas un momento, y gimió ronco contra sus labios- Aaaah- Aaaaah... -Le mordió el labio inferior con fuerza, deseando que le diera aún más fuerte, más rudo. Aquel ritmo que habían tomado las embestidas la estaba volviendo loca, llenándola de placer. Sus labios ya no besaban los ajenos, porque los gemidos no se lo permitían, no dejaban de salir desaforados, llenos de placer. Su cuerpo se apegó completamente al del chico, sintiendo como la embestía con fuerza, escuchando ese sonido húmedo y sordo que generaban sus cuerpos al chocarse insistentemente. Como pudo, corrió las cosas de la mesa y se recostó lentamente, recargándose en sus codos y antebrazos, observándole, pero cegada por el placer, con la vista nublada por el mismo.- Amor... Dios... -Gimió roncamente, arañando la mesa mientras echaba la cabeza hacia atrás, gimiendo sin poder controlarse. El más alto la vio recostarse, aquello que le ofrecía la vista de su cuerpo; de su torso y de sus bellos senos, una mano impaciente se deslizo hasta atrapar uno, el que apretujó en la palma de su mano; procuraba que en cada embestida su pene se golpeará con enloquecedora precisión el punto más hondo de su novia, buscando se le escapará de sus finos labios más de esos gemidos que lo enloquecían; experimentando con esto sensaciones increíbles y apasionantes que estaban a punto de llevarlo al límite.-Pronto dejo te atender sus senos, regresando sus manos a sus caderas, elevándolas sólo un tanto para que las acometidas sean más certeras, no dejaba de mirarle, sus ojos estaban enturbiados de placer, admirando sólo a su novia, viéndola tan entregada al placer y a su cuerpo, de sus labios entreabiertos ya se escapaban jadeos más audibles, la intimidad de su novia le estaba dando un placer exquisito, sus piernas a causa de las trabajosas embestidas empezaron a flaquear, sentía su corazón palpitar a un ritmo fuera de lo normal y lo único que quería era acabar dentro de ella. La contraria comenzó a moverse de forma circular, muy lenta para juguetear con el miembro del mayor en su interior. Contrajo suavemente sus músculos para aprisionar su hombría dentro suyo, haciendo que ambos sintieran más placer por aquella estrechez. Su cuerpo ardía, estaba sudando, y pronto llegaría al orgasmo. El segundo orgasmo compartido con aquel muchacho. Sonrió dulce al pensar en ello, y echó la cabeza hacia atrás, mordiéndose el labio inferior. Sintió su intimidad humedecerse aún más, llegando con aquello a un delicioso clímax, acompañado por un gemido ronco, agudo, y femenino, bastante suave, en comparación con los demás- Aaaaah Eduardo!-La sensación fue celestial cuando la menor movió sus caderas circularmente, estrechándose y logrando estrangular su miembro entre sus paredes, sintiendo como humedecía, permitiéndole una mayor lubricación, la cual aprovecho para que así las últimas embestidas sean más atinadas, lo cual le hizo terminar en su interior, llenándolo con su blanco y viscoso líquido, a la par que su boca emitía un sonoro y fuerte gemido. Aquella sintió sus últimas embestidas, disfrutando la deliciosa sensación que éstas le daban, seguido por la calidez del semen de su ahora novio, el cual la llenó por completo. Aquel gemido ajeno la hizo estremecer y volvió a verle, jadeando suavemente- Dios... Te amo. -Sonrió y lentamente se incorporó para abrazarle por el cuello y besar sus labios con deseo- Adoro como se siente ser tuya.., que me hagas tuya. Te amo...-El chico Le ayudó a reincorporarse tomándola de la cintura a la vez que salía de ella y se apegaba un tanto a su cuerpo correspondiendo a su beso, le escuchó e intentó calmar su respiración y su corazón que palpitaba a mil.- Yo amo hacerte mía, saber que todos tus gemidos que salen son para mí, sólo para que yo pueda oírlos~ -Susurró acariciando sus labios.- Te amo y mucho~ -ambos quedaron recostados sobre aquella mesilla mientras la noche caía implacable-

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